El brote del coronavirus ha provocado a que una gran parte de la población en China utilice máscaras como protección. El gobierno ha alentado esta práctica como una de las medidas destinadas a contener el problema.
El uso es obligatorio en lugares públicos, como es el caso de los parques, los supermercados o los restaurantes.
Esta normativa ha supuesto dos problemas para el gobierno chino: las personas que no usan las máscaras y las personas que usan las máscaras.
Personas sin máscaras
Aunque la regla es oficial esto no implica que todos la adoptarán de forma automática. China es un país que ha avanzado notablemente en muchos ámbitos, pero en términos de prácticas de higiene ha tenido más dificultades.
Por este motivo la empresa Baidu ha desarrollado un software que permitiría detectar quien está utilizando una máscara y quien no, aún en medio de grandes multitudes. La IA ha sido entrenada con más de 100 mil imágenes, y según la empresa ha conseguido una precisión del 96,5%.
La tecnología permitiría a las autoridades locales vigilar de forma más eficaz el cumplimiento de la medida de seguridad.
China ha intentado mantener ciertos niveles de normalidad y a sus empresas funcionando, a pesar de los riesgos que supone la formación de grandes grupos de personas.
Es importante notar que no todas las personas que no usan máscaras lo hacen por falta de precaución; no hay suficientes máscaras para todos.
Personas con máscaras
Un segundo problema para el gobierno chino está relacionado con el uso de las máscaras. Dado que estas hacen que la identificación de las personas se más difícil. Anteriormente hemos comentado como los instrumentos de vigilancia se han extendido por dicho país y se ha implementado un sistema de crédito social para castigar el mal comportamiento de los ciudadanos.
