MAR, 24 / SEP / 2019

Facebook adquiere Ctrl-labs

La empresa con sede en Nueva York está trabajando en una pulsera que lee los impulsos motores que genera el cerebro y los traduce en órdenes para dispositivos electrónicos. La adquisición es parte de la búsqueda de Facebook por nuevas y más naturales interfaces de control.

Como los zombis de las películas, Facebook siempre quiere más y solo los cerebros humanos pueden saciar su apetito. Quizás exageramos, en este caso no se trata del cerebro en sí, sino de las señales neuronales.

La compañía creada por Mark Zuckerberg ha anunciado su intención de comprar Ctrl-labs, una start up neoyorquina que está desarrollando un brazalete que traduce las señales que el cerebro envía a los músculos a comandos que una computadora puede interpretar.

La compra todavía no ha sido cerrada de forma oficial, pero según algunos medios la operación supondrá unos USD 1 mil millones.

Valor estratégico

La compra es parte de una apuesta de Facebook por el desarrollo de nuevas interfaces para el uso de dispositivos informáticos. Andrew Bosworth, vicepresidente de la división de realidad aumentada y realidad virtual de Facebook señaló al respecto: “Sabemos que existen formas más naturales e intuitivas de interactuar con los dispositivos y la tecnología. Por eso hemos acordado la compra de Ctrl-labs. Ellos se unirán al grupo Reality Labds de Facebook, allí esperamos desarrollar esta nueva tecnología, a gran escala, para poder ofrecerla en productos para el consumidor antes”.

Prototipo

Ctrl-labs ha desarrollado un prototipo de interfaz conocido como Ctrl-kit. El prototipo incluye una unidad con dispositivos de radio inalámbrica y una pulsera con electrodos en contacto con el brazo. El objetivo es que en el modelo final ambos componentes formen parte de una única pieza.

Los electrodos reciben las señales motoras que envía el cerebro y las trasladan a mensajes que los algoritmos de la IA pueden interpretar. El sistema no requiere el movimiento muscular, y es capaz de reaccionar a las señales que el cerebro envía como preparación.

Por supuesto, la interfaz será siempre tan buena como la capacidad de la IA para aprender a interpretar las señales.

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