LUN, 31 / AGO / 2015

Las bicicletas podrían ser un problema para los coches autónomos de Google

Un ciclista compartió una particular experiencia que tuvo lugar en una intersección de calles en Austin, ciudad donde ser realizan pruebas de funcionamiento del self driving car.

Con un prototipo funcional que ya vio la luz, Google dio cuenta en mayo de la pronta llegada a las calles de su vehículo de conducción autónoma, experiencia que será útil para el definitivo lanzamiento de los mismos. Según explicó la compañía, conductores de seguridad irán a bordo del automóvil, con una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora.

“Estamos aprendiendo cómo la comunicad percibe e interactúa con estos vehículos. Queremos superar los desafíos de esta nueva tecnología (…) y aprender los usos que le daría la gente en su vida cotidiana”, dijo en la ocasión uno de los responsables del programa.

Una fresca noticia llega desde Austin, ciudad en la que Google realiza pruebas de esta tecnología. The Verge recoge la experiencia que compartió un ciclista, que en una intersección se cruzó con uno de los vehículos autónomos. Según contó, su bicicleta se detuvo en el semáforo en rojo dando paso al auto de Google, un modelo Lexus, por la otra vía. Sin embargo, al no permanecer inmóvil el rodado más pequeño, durante dos minutos el coche no se decidió a avanzar dando paso a una curiosa escena de marchas y contramarchas.

“Al parecer el auto de Google detectó mi presencia y se quedó inmóvil durante unos segundos. Finalmente comenzó a avanzar, se puso por delante de mí apenas mientras estaba en pie. Entonces se detuvo de inmediato. Yo seguía de pie y así estuvo parado hasta que comenzó a moverse de nuevo. En ese momento tuve que mover la bicicleta para mantener el equilibrio y se volvió a detener abruptamente”, contó el ciclista en el foro Roadbike Review.

A pesar de haber enloquecido al vehículo autónomo, el ciclista concluyó en aquel foro que se sintió más seguro ante este vehículo que ante uno conducido por un ser humano. Siguiendo a The Verge, los automóviles de Google están diseñados para ser cautelosos, pero en este caso quizá lo fue demasiado.

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