MIE, 5 / OCT / 2016

Nobel de Química a los creadores de las máquinas más pequeñas del mundo

Tres investigadores fueron premiados por sus trabajos en el campo molecular. Esta rama de la nanotecnología podría revolucionar la informática y dar lugar a un nuevo tipo de baterías.

Jean-Pierre Sauvage, Fraser Stoddart y Bernard Feringa fueron premiados hoy con el Nóbel de Química por su desarrollo de las máquinas “más pequeñas del mundo”. Este trabajo, según destaca La Nación, podría revolucionar la tecnología informpatica y dar lugar a un nuevo tipo de baterías.

Estas máquinas funcionan a nivel molecular y tienen la milésima parte del grosor de un cabello humano. Su implementación en el desarrollo de nuevos materiales, sensores y sistemas de almacenamiento de energía fue elogiada por la Real Academia de las Ciencias de Suecia.

Los investigadores han desarrollado moléculas con movimientos controlables, que pueden llevar a cabo tareas cuando se les proporciona energía. El trabajo de los tres “demuestra cómo la miniaturización de la tecnología puede conducir a una revolución”, destacó la Academia en un comunicado.

“Me siento como los hermanos Wright cuando volaron por primera vez hace un siglo y la gente les preguntaba que para qué se necesitaba una máquina voladora”, celebró Feringa y añadió un ejemplo de la implementación de las pequeñas “máquinas”: “Piensa en robots diminutos que los médicos del futuro inyecten en tus venas para que vayan a buscar células cancerosas”.

Sauvage (París, 1944), fue el primero en realizar experimentos de este tipo, cuando en 1983 enlazó dos moléclulas con forma de anillo formando una cadena denominada catenano. La Academia establece que una máquina debe estar compuesta por partes que se puedan mover las unas respecto a las otras. El catenano cumplía este requisito.

Stoddart (Edimburgo, 1942) dio el segundo paso al desarrollar en 1991 un rotaxano, una arquitectura molecular similar a un anillo atrapado en una mancuerna. El investigador demostró que ese anillo se podía mover por el eje molecular con topes. En base a ello, desarrolló “músculos moleculares” y “chips informáticos basados en móleculas”.

Feringa (Barger-Compascuum, 1951), fue el primero en construir un motor molecular, en 1999, que constaba de una pala de rotor molecular que giraba de manera continua en la misma dirección cuando se le aportaba luz ultravioleta. Utilizando estos motores ha rotado cilindros de vidrio que son 10.000 veces más grandes que el motor y también ha diseñado un nanoautomóvil, que posee cuatro ruedas que giran.

Fuente: ElPais

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