China es una potencia a nivel industrial y tecnológico. Aunque sus ambiciones son muy amplias y a menudo se dan por sentados los éxitos antes de que ocurran. Una de las obsesiones del país es el desarrollo de los robots. Como parte de su estrategia a menudo se realizan eventos destinados a alentar a los desarrolladores y exhibir lo conseguido al público y posibles clientes. El último de ellos ha sido un torneo de futbol robot de 3 contra 3.
El evento se realizó el sábado y enfrentó a varias universidades. Fue una muestra de uno más importante que tendrá lugar en Pekín: Los Juegos Mundiales de Robots Humanoides.
Autónomos pero en camilla
Una de las exigencias de la competencia era que todas las unidades debían operar de forma autónoma a través de sistemas de inteligencia artificial. No se admitía intervención humana alguna.
Además de las operaciones básicas de navegación y seguimiento de la pelota, los robots tenían que ser capaces de levantarse por si mismos en caso de una caída. Y varias caídas hubo y algunos de los jugadores tuvieron que se sacados del campo en camillas.

Escena propia de una libertadores.
El futuro del país y los robots
Los robots de la competencia fueron provistos por la empresa Booster Robotics. Su CEO, Cheng Hao, destacó la oportunidad que brinda el deporte para evaluar a los robots. También afirmó que el objetivo es hacerlos completamente seguros para algún día tener una competencia mixta con seres humanos. El ejecutivo considera que una demostración de tal naturaleza haría que las personas confiaran más en los robots.
Para China los robots son un factor clave dado que su economía depende mucho de las fábricas. En un futuro en el que los robots tienen mayor participación en la elaboración la ventaja competitiva de la mano de obra barata se disipa. Pero también está el problema de una población que envejece y la reducción del personal disponible.