LUN, 21 / JUL / 2025

Científicos europeos buscan baterías que se reparen solas

El objetivo es duplicar la vida útil de los dispositivos. Nuevos elementos químicos o campos magnéticos podrían ser utilizados para los procesos de reparación.

Los vehículos eléctricos tienen como gran ventaja la eliminación de la contaminación producida por los motores de combustión. Los planes de las automotrices y los gobiernos para alentar la aplicación de esta tecnología son sin dudas una buena noticia.

Sin embargo, la tecnología que los sustenta está lejos de ser perfecta. Uno de sus principales puntos débiles es el deterioro que sufren las baterías y como estas se convierten en desechos de difícil tratamiento. No solo molestan por lo que contaminan, sino que pueden llegar a producir incendios si se dañan. Conseguir baterías con una vida útil más extensa es de suma importancia. Y una mejora que los usuarios agradecerán de cualquier manera.

La fundación Fenix y las baterías del futuro

Un grupo de investigadores europeos se ha reunido en una iniciativa conocida como Phoenix. El objetivo de la misma es el desarrollo de baterías que puedan repararse a ellas mismas.

El problema con las baterías es que con cada ciclo de carga y descarga de energía se produce una degradación. Su capacidad se reduce. Esto puede no notarse al principio, pero todos hemos notado como la carga de los teléfonos duran cada vez menos conforme pasa el tiempo.

El objetivo de los científicos europeos es duplicar la esperanza de vida de las baterías.

Opciones de auto reparación

Para conseguir esto se aplicarán varios sensores y parámetros destinados a detectar el deterioro. En algunos casos se utilizará un mapa de calor, en otros los gases emitidos. La idea es conseguir una alerta temprana.

Cuando la alarma se encienda se activará el proceso de curación. Esto puede ocurrir con el control del tamaño de la batería o aplicando calor en las áreas con daño para activar procesos de auto reparación. Para la segunda técnica se emplearían químicos especiales. Otra mecanismo de reparación considerado implica el uso de campos magnéticos para eliminar las estructuras metálicas que se producen en los electrodos de las baterías cuando se las carga. Estas formaciones pueden producir fallas y cortocircuitos.

También se espera producir baterías más densas y pequeñas. Esto se podría conseguir reemplazando el grafito con silicona. El problema para el uso de este material es que durante la carga y descarga puede expandirse hasta triplicar su tamaño, lo que es problemático para casi cualquier diseño.  Esta deficiencia sería subsanada con la utilización de polímeros capaces de reducir la degradación del material.

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