LUN, 4 / AGO / 2025

IA: Europa exige transparencia y respeto a los derechos de autor

La ley de la comunidad europea ha entrado en vigencia. Aunque protege los derechos de los consumidores las desarrolladoras sostienen que puede perjudicar al desarrollo de la industria.

El sábado entró en vigencia la ley europea para las IA. En ella se establecen una serie de exigencias para las empresas que desarrollan y distribuyen esta tecnología, como también importantes multas para quienes no cumplan.

Quienes desarrollen sistemas de inteligencia artificial generativos, capaces de producir imagen, texto o video, deben aportar detalles técnicos sobre el producto tanto a sus clientes como a los reguladores europeos. Lo dicho incluye como se produjo el entrenamiento y como se lo puso a prueba. En el caso de los sistemas más avanzados también se exigirá evaluaciones de seguridad de forma constantes.

Derechos de autor

Las empresas que operen en el viejo continente deberán atenerse a sus leyes y normativas en relación a los derechos de autor. Para tal fine deberán producir resúmenes que compartirán de forma pública y que señalen que material han utilizado en el entrenamiento de las IA. Adicionalmente, los sistemas que utilicen deben tener una opción que le permita a los creadores negar el acceso a sus producciones.

Multas

El organismo que estará a cargo de verificar las condiciones en las que operan los sistemas es la Oficina de IA Europea. Aquellas empresas que infrinjan las normas podrían ser sometidas a multas de hasta un 7% de su facturación global anual.

Respuesta

Tanto Google como Meta se han quejado por la nueva normativa. Google ha manifestado su preocupación de que el código de conducta que se exige lleve a un escenario de desarrollo mucho más lento. En particular ha apuntado a la exposición de secretos comerciales. Por su parte Meta afirma que lo dictaminado frenará el desarrollo y perjudicará enormemente a las empresas europeas que quieran construir negocios en relación a esta tecnología.

Ciertamente, cualquier regulación supone un obstáculo para las industrias. Pero si no hubiera límites de velocidad todos iríamos más rápido por las calles y rutas y llegaríamos tarde en menos ocasiones. La cuestión es encontrar el punto justo, no el que le conviene a uno o a otro.

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