Los Roomba son esos robots de forma circular que van de un lado al otro de la casa encargándose de la suciedad del piso. Han estado con nosotros desde hace mucho tiempo, fueron uno de los primeros sistemas inteligentes en integrarse de forma práctica a nuestros hogares. Pero lamentablemente la compañía que los fabrica, iRobot, se ha declarado en quiebra. La deuda acumulada es de USD 190 millones. Aunque el mayor problema es el declive en las ventas.
Aranceles y competencia
Los motivos de la caída de la compañía están fuertemente relacionados con las disputas comerciales de Estados Unidos. Para empezar, la empresa enfrentaba una fuerte presión de parte de compañías rivales de origen chino. Esto la había forzado a recudir drásticamente los precios de sus modelos. Los aranceles impuestos a dicha nación podrían haberla puesto en una posición algo más favorable, salvo por el hecho de que muchos de sus componentes provienen de países asiáticos. En particular, el recargo del 46% establecido para Vietnam probó ser una carga insalvable. En dicho país se realiza la mayor parte de la fabricación de los robots.
La compañía china Picea Robotics, la mayor proveedora de iRobot, se hará cargo de la empresa.
Según señala iRobot el proceso de quiebra no alterará el funcionamiento de sus aplicaciones, ni la distribución de las unidades o el soporte técnico. Dado que el protocolo está pensado para mantener el funcionamiento de las empresas, es probable que muchos usuarios no se enteren casi de lo ocurrido.
El tiro en el pie
Lo ocurrido con iRobot puede tomarse como un ejemplo del daño que pueden producir medidas drásticas cuando no se sabe como funciona la economía. En teoría los aranceles debían beneficiar a las empresas estadounidenses, pero la gran mayoría no ha podido adaptar su cadena de valor y su dependencia de proveedores extranjeros ha terminado con una gran derrota para Estados Unidos.
Los Roomba tienen un 42% del mercado estadounidense de aspiradoras inteligentes.
