Un grupo de investigadores financiados por la Escuela de Negocios de Harvard y la compañía Procter & Gamble investigaron el papel que podía tener una inteligencia artificial en el trabajo en equipo. En particular, les interesaba saber si podían aportar beneficios similares a los de un compañero humano.
Los factores que evaluaron fueron: rendimiento, transmisión de conocimiento e interacción social. Para el estudio se contó con la participación de 776 profesionales. A los participantes se les asignó al azar un compañero humano o una IA. La misión encomendada era el desarrollo de un nuevo producto.
Resultados
Los investigadores descubrieron que los equipos con una IA obtuvieron los mismos rendimientos que los que no la tenían. Esto supone que la inteligencia artificial puede producir beneficios similares a los de la colaboración humana.
Los equipos sin IA tendieron a comportarse tal y como sus perfiles lo sugerían. Los de desarrollo aportaron soluciones de naturaleza más técnica, los comerciales de naturaleza más comercial. En cambio, los profesionales que utilizaron las IA ofrecieron soluciones más equilibradas.
Por otro lado, también se advirtió que las IA con una interfaz de lenguaje producían un efecto emocional positivo. En otras palabras, trabajar con una inteligencia artificial era mejor que trabajar en soledad.
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