Las universidades en China ha comenzado a tomar medidas estrictas para asegurarse de que el trabajo de sus estudiantes es legítimo y no el producto de una inteligencia artificial. Examinan los textos con sistemas de detección y, si descubren que más de cierto porcentaje es marcado como sospechoso, los rechazan.
Esto ha llevado a muchos estudiantes que utilizan los modelos generativos a tomar medidas para evitar caer en falta. Es importante notar que no nos referimos a quienes hacen trampa, sino a personas que quizás han utilizado tales herramientas para consultar definiciones, o mejorar la escritura de algún párrafo.
Un problema de confianza
En algunos casos los estudiantes han probado sus textos de forma previa en los instrumentos de detección que las universidades anunciaron. Y muchos se sorprendieron al ver que su trabajo era clasificado como generado por una IA. Los sistemas de detección no son muy confiables
La situación es complicada porque las universidades no han prohibido el uso de las IA. Algunos profesores incluso recomiendan utilizar la herramienta como instrumento de la investigación. Pero al mismo tiempo se han establecido porcentajes para el contenido generado por los modelos. Estos varían entre el 15% y el 40%.
Esto puede ser un grave problema dado que en algunos casos los estudiantes encontrarán definiciones o explicaciones puntuales sobre las que pueden hacer pocos cambios. Una gran parte de los textos de investigación suele referirse a textos previos. Si este contenido es el generado por las IA la alternativa es tratar de cambiar los originales.
Un problema de estilo
Algunos estudiantes han señalado que han tenido que degradar la forma en que escribe para no despertar sospechas. Como hemos advertido en otra ocasión, la forma en que produce contenido una IA es en cierta medida un promedio de estilos. Si por mala suerte tu estilo es similar, corres el riesgo de ser catalogada como una IA.
Hay quienes han preferido pagarle a un tercero para que reescriba sus textos para eliminar los rastros de la interacción con las IA. Una estudiante descubrió que si reemplazaba los puntos por comas la puntuación de IA de su texto se reducía significativamente. La transformación era espantosa, pero cumplió su función y pudo graduarse sin peligro.
Fuente: restoftheworld
