Como hemos contado en varias ocasiones, Elon Musk y Sam Altman fundaron OpenAI juntos en 2015. Durante los primeros días de la compañía una serie de desacuerdos sobre la dirección que debía tomar la organización, y quién debía estar a cargo, hicieron que el ahora dueño de X se marchara. Durante un buen tiempo el trabajo de OpenAI no fue una gran noticia. Luego llegó ChatGPT 2 y ChatGPT 3.5. Fue entonces que comenzó la gran carera en este sector de la industria.
Musk no quiso quedarse afuera y en 2023 creó xAI, la compañía que desarrolló luego Grok. Los roces entre Altman y Musk primero fueron sutiles pero escalaron rápidamente. OpenAI le pidió de forma pública a sus inversores que no pusieran dinero en sus rivales. Lo que es una práctica relativamente común. Lo que no es común es nombrar a los rivales. Y por supuesto, xAI fue una de las empresas mencionadas.
OpenAI rompe récords y pide que no inviertan en sus competidoras
El punto del fin de lucro
Para asegurarse una posición de privilegio OpenAI necesitaba aumentar el nivel de inversión. Un factor clave era pasar de ser una empresa sin fines de lucro a una con fines de lucro. Musk se dio cuenta que había un punto en el que podía golpear y presentó una demanda sosteniendo que el cambio violaba los estatutos sobre los que se fundó la organización. También utilizó cuanto medio estuvo a su alcance para sostener dicha posición.
Solo para embarrar un poco más la cancha, Musk presentó una oferta para comprar OpenAI. Aunque señaló que la retiraría si se comprometían a dejar a la empresa como una organización sin fines de lucro.
El contragolpe
En algún punto OpenAi se cansó y presentó documentos que mostraban que Elon Musk había querido convertir a la empresa en una organización con fines de lucro.
Ahora ha decidido demandar al dueño de X señalando que debe frenar cualquier acción ilegal e injusta. Explica que Musk ha realizado ataques de prensa maliciosos y aprovechado su audiencia de millones en la plataforma social que controla para acosar y dañar a OpenAI. Musk también debe ser responsable del daño que ya ha causado.
OpenAI ha caracterizado las acciones de Musk como tácticas de mala fe que solo tienen como objetivo retrasar a la compañía y controlar la innovación en el campo de la inteligencia artificial.