MAR, 4 / NOV / 2025

Stargate Argentina, detalles del proyecto

En este artículo resumimos los detalles claves de un proyecto de infraestructura que podría ser de gran importancia para el futuro del país.

El reciente anuncio de una inversión de 25.000 millones de dólares destinada a construir un megacentro de datos en la Patagonia marcó un punto de inflexión en la relación entre Argentina y la inteligencia artificial. El proyecto, liderado por OpenAI en colaboración con Sur Energy , busca transformar a la región en un polo de infraestructura digital de escala global.

Sur Energy es una empresa fundada por los argentinos Emiliano Kargieman y Gerardo Richard, también creadores de Satelogic, Matías Travizano, recientemente fallecido, y Stan Chudnovsky, quien fue número tres de Facebook.

La siguiente información está basada en un reportaje que Emiliano Kargieman otorgó al medio Infobae.

Construcción e inversiones

El plan contempla iniciar la construcción en 2026 y alcanzar su operación inicial en 2027. Tendría una capacidad máxima de 500 megavatios y sería una de las mayores instalaciones de su tipo en el hemisferio sur. La magnitud económica y técnica de la obra no tiene precedentes en el país.

OpenAI actuará como offtaker, es decir, el comprador garantizado del poder de cómputo que generará el nuevo centro de datos. La inversión provendrá de fondos de infraestructura y capital privado, que ya analizan las condiciones locales a partir del RIGI.

El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones busca ofrecer estabilidad a proyectos a largo plazo, un requisito esencial para atraer financiamiento internacional en un país que históricamente ha tenido dificultades para sostener compromisos regulatorios prolongados.

Expansión regional

Desde el punto de vista técnico, el centro de datos funcionará como el núcleo físico del procesamiento que hoy permite la existencia de servicios como ChatGPT. Cada consulta enviada por un usuario activa una inferencia realizada en una computadora ubicada en un centro de datos. Hasta ahora, esas operaciones se procesan en su mayoría en Estados Unidos.

Con la expansión global de la inteligencia artificial, los centros de cómputo tienden a distribuirse regionalmente, acercando el procesamiento a los usuarios. La ida es reducir la latencia y mejorar la eficiencia. En este sentido, el proyecto argentino se inscribe en la misma línea de iniciativas ya desarrolladas en Noruega y el Reino Unido.

Ubicación

El sitio exacto donde se realizará la obra aún no ha sido definido. Se evalúan cinco posibles ubicaciones en las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut. Entre los factores determinantes figuran: la cercanía a líneas de alta tensión, conectividad por fibra óptica redundante, disponibilidad de agua y accesibilidad para el personal que participará en la construcción y posterior operación.

Si bien Bariloche aparece como una alternativa atractiva por su infraestructura tecnológica y energética, la decisión final dependerá de un equilibrio entre costo, logística y sostenibilidad.

Impacto ambiental

En materia ambiental, el proyecto incorpora sistemas de refrigeración de ciclo cerrado, una tecnología que reduce casi por completo el consumo de agua. A diferencia de los antiguos modelos que dependían de circuitos abiertos y evaporación constante, este método reutiliza el líquido dentro del sistema, requiriendo solo una carga inicial mínima.

Según los cálculos de los ingenieros, el agua utilizada en los sanitarios del complejo superará ampliamente la empleada en refrigeración.

Financiamiento y contexto nacional

El financiamiento de una obra de esta magnitud implica la coordinación de actores globales: fondos de pensión, organismos multilaterales y firmas de inversión especializadas en infraestructura digital. El atractivo de Argentina para estos inversores radica en tres factores: su alineación geopolítica con Estados Unidos, la disponibilidad de energía limpia a gran escala en la Patagonia y la alta adopción local de servicios de OpenAI. Se estima que un tercio de la población utiliza herramientas de inteligencia artificial. Además, la larga tradición del país en energía nuclear y en proyectos tecnológicos de alta complejidad —como los programas espacial y satelital— refuerza la credibilidad de su ecosistema científico.

Perfil de una pieza clave

Emiliano Kargieman, una figura central en este emprendimiento, combina experiencia empresarial y visión tecnológica. Estudió Matemática y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires y, desde joven, desarrolló compañías de software orientadas a la seguridad informática y a la innovación en datos. Con Satelogic, hoy cotizante en NASDAQ, lideró el desarrollo de satélites de observación terrestre y consolidó una red internacional de ingenieros desde Buenos Aires, Montevideo y Barcelona. Su participación en Sur Energy busca continuar esa trayectoria, esta vez orientada a la infraestructura que sustenta la inteligencia artificial global.

Perspectiva

El proyecto patagónico no solo promete introducir a Argentina en el mapa mundial de la computación avanzada, sino también posicionarla como un actor regional en la regulación y adopción de la inteligencia artificial. En un contexto donde Estados Unidos y China concentran la mayor parte de la inversión y Europa enfrenta las consecuencias de una regulación temprana, el país tiene la oportunidad de trazar su propio camino. Si logra garantizar estabilidad jurídica, disponibilidad energética y compromiso a largo plazo, esta “Stargate” argentina podría convertirse en el primer paso hacia una nueva era tecnológica para la región.

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