Activision, la empresa de videojuegos que disputa el título de entidad más odiada de la industria con Konami y Electronic Arts, ha anunciado que prevé un segundo trimestre con menores ganancias. Los ingresos llegarían a los USD 1.150 millones, menos que los USD 1.280 millones esperados. Como consecuencia cada acción pagaría USD 0,23 en vez de USD 0,37.
La razón de esta caída será la necesidad de poner una mayor cantidad de dinero en sus franquicias para combatir la competencia de títulos como Fortnite y Apex Legends.
Como consecuencia del anuncio las aciones de la empresa cayeron un 5%.
Esta situación opacó los resultados del primer trimestre, que fueron mejor de los esperados tanto a nivel ingresos como ganancias. Las acciones ofrecieron USD 0,31 por unidad, más que los USD 0,25 estimados.
Actualidad y estrategia
Activisión ha apostado a reforzar su presencia en el mundo de los esports a través de las ligas de Call of Duty y Overwatch (que pertenece a la ahora subsidiaria Blizzard). También le ha puesto mucha atención al universo de los videojuegos para dispositivos móviles, incluso desarrollando títulos de sagas tradicionalmente asociadas al universo PC, como es el caso de Diablo.
La compañía ha señalado que 2019 será un año de transición. Hace poco despidió a unos 800 empleados. También se separó de Bungie, la empresa responsable de la saga Destiny.
Muchos críticos han apuntado que poco a poco Activision se ha quedado sin nuevos productos para ofrecer, dedicándose a sacarle provecho a una cartera cada vez más reducida. Para la segunda mitad de 2019 se espera una nueva entrega de Call of Duty. Fuera de esta producción poco y nada se ha anunciado y nadie sabe que planes tiene la empresa para 2020.
