Más de un millón de australianos han descargado la aplicación de rastreo de contacto lanzada por el gobierno para controlar la difusión del coronavirus.
COVIDSafe utiliza tecnología Bluetooth para registrar a los encuentros en los que las personas se acercan a menos de 1,5 metros de distancia. La información obtenida de esta manera es encriptada.
Si un usuario ha estado en contacto cercano durante más de 15 minutos con una persona que dio positivo en un examen de COVID-19 el sistema le envia una notificación.
Como es obvio, la aplicación puede ser muy útil, pero no supóne una garantía de seguridad. No existe un tiempo mínimo de exposición para ser contagiado y el virus puede ser adquirido por contacto indirecto.
El programa está basado en uno implementado anteriormente en Singapur.
Situación local
Australia ha identificado unos 6.694 casos de coronavirus, con un saldo fatal de 80. El incremento de infecciones ha disminuido durante las últimas semanas.
El Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, señaló que las restricciones sociales podrían aliviarse si suficientes personas utilizan la aplicación. Según consideraciones del gobierno, para lograr una efectividad plena el 40% de la población debería tener instalado COVIDSafe.
Es importante señalar que estas consideraciones no han estado libres de críticas.
Datos personales
La aplicación le pide a los usuarios que suministren datos de su rango etario, un teléfono móvil, un código postal y un nombre que puede ser un seudónimo. Las autoridades aseguran que solo las autoridades de la salud tendrán acceso a la información. Los datos serán guardados en el país y ni siquiera una orden judicial permitirá que la policía acceda.
La información se guardará durante 21 días, pero también se borrará cuando alguien elimine la aplicación de su teléfono.
