La discusión por la reforma en los impuestos a la empresas digitales involucra a más de 130 países y está auspiciada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Su objetivo es conseguir un acuerdo para fines de 2020, pero ese plazo parece algo menos realista dada la reciente deserción de Estados Unidos.
A pesar de esta retirada Europa insiste en que los impuestos a las grandes compañías del mundo digital deben ponerse en consideración.
Los Estados Unidos ha reaccionado ante la iniciativa amenazando con investigar los impuestos digitales en el Reino Unido, Italia y España. También ha esgrimido la posibilidad de imponer tarifas a varios productos franceses.
La respuesta Europea
Francia calificó la actitud de los Estados Unidos, expresada en una carta del secretario del tesoro, Steve Mnuchin, como una provocación. El ministro de finanzas de dicho país, Bruno Le Maire, aseguró que Italia, España y Francia han respondido en bloque.
El siempre simpático Mnuchin.
España ha señalado que ninguno de los países europeos aceptará ningún tipo de amenaza de ningún país en relación al impuesto digital.
Contexto
El país de América del Norte es quizás el que más sería afectado por los impuestos, dado que muchas de las empresas más importantes del sector tienen sede en su territorio. Amazon, Google, Apple y Facebook son los nombres más destacados.
Europa sostiene que esas empresas pagan impuestos mínimos en los países en los que hacen negocios porque son capaces de mover sus ganancias dada la escasa infraestructura física de sus proyectos.
Le Maire ha señalado: “Nadie puede aceptar que las gigantes del mundo digital obtengan ganancias de sus 450 millones de clientes europeos y no paguen impuestos cuando ellos si lo hacen”.