JUE, 12 / MAR / 2020

Europa impulsa el derecho a la reparación

Esta medida podría afectar enormemente el diseño de los dispositivos móviles. Los modelos deberán ser más durables, fáciles de reparar y reciclar. Las empresas deberán suministrar la información técnica necesaria al público.

La Comisión Europea ha establecido un plan de acción para alcanzar una economía circular en 2050, esto es un esquema de producción en el que los recursos consumidos al elaborar productos puedan recuperarse.

Una de las medidas empleadas para conseguir la economía circular será la introducción de una ley del derecho a la reparación. Un movimiento que provocaría grandes cambios tanto para las empresas como para los consumidores.

Cambio de diseño

El derecho a la reparación obligaría a los fabricantes de electrónicos a crear productos que duren más tiempo y puedan ser reparados de forma sencilla, que incluyan la mayor cantidad de material reciclado posible y sean también más fáciles de reciclar.

En pocas palabras, no más dispositivos que duren unos pocos años y sean tirados a la basura.

El diseño ecológico ya ha sido establecido como norma en otros ámbitos, ahora se lo extendería a los smartphones, las tables y las computadoras.

Derechos del consumidor

El derecho a la reparación puede sonar como algo lógico y natural: si a un usuario se le rompe un teléfono nada le impide que lo arregle o lo lleve a un técnico. De la misma manera que lo haría si le ocurriera algo a su auto. Sin embargo, en la práctica, la situación es más compleja.

Muchas empresas diseñan sus productos para que requieran herramientas muy especializadas para ser reparados. Los locales oficiales son los únicos que las tienen.

La información sobre el diseño de los dispositivos no es compartida, los usuarios no saben como funcionan, y los técnicos no oficiales deben realizar operaciones de ingeniería inversa o buscar datos en Intenet en medios no oficiales.

La nueva legislación exigirá a las compañías que provean información para la reparación de sus productos.

Objetivos

La Unión Europea espera que el derecho a la reparación le ayude a alcanzar las cero emisiones de dióxido de carbono para 2050. Un plazo que algunos ecologistas han caracterizado de poco ambicioso y tardío. También es un intento por reducir el nivel de desperdicio generado por la industria de los electrónicos.

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