Francia ha acusado a Apple de entorpecer sus esfuerzos para combatir el coronavirus al negarse a mejorar la compatibilidad de los iPhones con la aplicación de seguimiento StopCovid.
StopCovid utiliza tecnología Bluetooth, como tantas otras aplicaciones de seguimiento empleadas actualmente o en desarrollo. Esto permite establecer el contacto entre diversos usuarios y alertar a aquellos que podrían haber estado expuestos al virus.
En el caso de los iPhones el acceso a Bluetooth está bloqueado salvo que se esté empleando en una aplicación de forma activa.
Las autoridades francesas quieren que Apple cambie las característica para que su aplicación pueda acceder al sistema en todo momento. Apple se ha negado a realizar este cambio.
Diferencias de criterio
Apple ha accedido a trabajar con Google para hacer que sus dispositivos sean más compatibles y puedan compartir la información de las aplicaciones de seguimiento de una forma más sencilla. Razón por la cual es imposible decir que la compañía está en contra de este tipo de recursos para combatir los brotes de la enfermedad.
El problema parece estar limitado a la característica de funcionamiento ya mencionada.
Cedric O, Ministro de tecnología digital, señaló al respecto: “Lo lamento, dado que estamos en un periodo en el que todos se movilizan para luchar contra la pandemia, y dado que una compañía tan grande está teniendo un momento económico tan bueno y no ayuda a un gobierno durante la crisis”.
O (no lo estamos abreviando) señaló que la supervisión del sistema de salud y la lucha contra el coronavirus, eran asuntos de los gobiernos y no de las grandes compañías estadounidenses. De esta manera dio a entender que a Apple no le correspondía determinar los límites en el funcionamiento de las herramientas empleadas.
Desconfianza
Francia rechazó las soluciones propuestas por Google y Apple para el rastreo de la enfermedad alegando problemas de privacidad.
La aplicación francesa comenzaría su fase de pruebas el 11 de mayo.
Sin embargo el proyecto StopCovid ha sido recibido con desconfianza por varias fuerzas políticas y la obligatoriedad del uso de la aplicación rechazada por una gran parte de los franceses, dado que se teme sea un precedente para otras tareas de vigilancia.
Francia es una de las naciones más golpeadas por el COVID-19. El sistema operativo de Apple tiene una participación en el mercado de dicho país del 21,1%.
