Los gobiernos de los Estados Unidos y el Reino Unido han advertido que el gran movimiento hacia el teletrabajo, forzado por la pandemia del COVID-19, ha creado nuevos riesgos de seguridad.
Muchas computadoras portátiles conteniendo datos valiosos para las empresas han pasado de ser utilizadas en entornos más controlados a los hogares de cada empleado.
Las empresas no han tenido otra opción que permitir el acceso a información crítica por fuera de sus redes controladas, porque los empleados la necesitan para cumplir con sus tareas.
Adaptación
La empresa de seguridad Cysco System ha señalado que los pedidos para soporte técnico de seguridad para quienes trabajan de forma remota se han multiplicado por diez durante las últimas semanas.
Según explica una de las especialistas de la empresa, Wendy Nather, “la gente que nunca antes había trabajado desde casa está tratando de hacerlo y lo estando intentando a escala”.
El periodo de adaptación supone que se cometerán errores, lo que implicará un mayor esfuerzo para los encargados de tecnología en las empresas, y al mismo tiempo una oportunidad para los criminales.
Trucos baratos
Muchos criminales están enviando mensajes disfrazados como alertas o pedidos de información en relación al coronavirus. Algunos de ellos se hacen pasar por entidades oficiales, como el Centro para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos.
Otro recurso empleado son las aplicaciones disfrazadas como herramientas de información.
Los objetivos varían, desde el robo de contraseñas hasta la captura de documentos privados, o acciones de espionaje a largo plazo.
