La primera sonda encargada de estudiar el interior marciano ha llegado a destino y aterrizado efectivamente. Con 550 millones de kilómetros recorridos el viaje no ha sido precisamente corto y con USD 800 millones invertidos tampoco ha sido una apuesta menor. Es natural entonces que al completarse esta etapa de la misión todos los involucrados hayan sentido tanto entusiasmo como alivio. Sobre todo considerando que más de 40 intentos de colocar robots en Marte han sido realizados y la mitad han terminado en fracasos. Afortunadamente este no ha sido el caso, y todos los sistemas de la sonda parecen funcionar como es debido.
La Insight había partido el 5 de mayo de 2018 desde una base de la fuerza aérea estadounidense en California.
La sonda pasará los siguientes meses instalando los instrumentos de medición para el estudio que se calcula durará al menos dos años. Entre los dispositivos empleados se encuentra un ingenio que medirá la rotación del planeta y otro que detectará los movimientos sísmicos. Un tercer instrumento, creado por la Agencia Aeroespacial Alemana, se encargará de medir las corrientes de calor desde el interior a la superficie. La sonda cuenta además con dos cámaras incorporadas. El primero de los instrumentos estará operando con relativa prontitud, mientras que los demás tendrán que esperar un tiempo hasta que sean activados.
Junto a la Insight se lanzaron dos nano-satélites Cubesat. Estos serán los encargados de facilitar la comunicación de la sonda con la Tierra.
Marte tiene los volcanes más grandes del sistema solar a pesar de que el planeta es más pequeño que la Tierra. Los científicos creen que hubo un tiempo en que la actividad sísmica era muy importante, pero se fue reduciendo poco a poco.
Más información sobre la misión puede encontrarse en el sitio dedicado a la misma por la NASA. En particular recomendamos el detallado reporte de las etapas de la misión que se encuentra en esta página.
