En Estados Unidos es tiempo de elecciones, esto incluye por supuesto la presidencia de la nación, bancas en la cámara baja y el senado. Pero también se han realizado varias consultas en las que la población ha podido manifestar su opinión de una forma directa.
En California una de estas propuestas ha tocado a algunas de las empresas tecnológicas más disruptivas y polémicas.
La proposición 22 podría tener grandes consecuencias para Uber, Lyft y otras empresas similares dado que confirma el estado de los conductores de estos servicios como contratistas independientes, en vez de empleados con contratos fijos.
La medida fue saludada por quienes están a favor como una manera de asegurar la flexibilidad para una nueva generación de trabajadores que quieren elegir cuando y como trabajan. Para sus detractores es una forma de explotar a los trabajadores y reducir costos.
Control
La proposición fue impulsada como respuesta a una ley de California que le exigía a las empresas que controlan el accionar de sus trabajadores que los clasifiquen como empleados.
Este ha sido un punto de discusión central. Los críticos de Uber y Lyft señalan que las empresas no pueden argumentar que solo son una plataforma cuando controlan los precios de los viajes y la asignación de pasajeros. Las empresas han implementado algunas reformas en estos aspectos.
Costos
La agencia de noticias Reuters ha calculado que la diferencia en términos de costos sería superior a los USD 390 millones. Por dicha razón no sorprende que entre Uber, Lyft, DoorDash, Instacart y otras empresas similares, se hayan gastado más de USD 205 millones en una campaña a favor de la medida.
Las empresas advirtieron que de tener que contar a sus conductores como empleados tendrían que cancelar sus vínculos con el 80% y duplicar sus precios. También amenazaron con dejar California si no conseguían un resultado favorable.
Los costos extras son consecuencia de los pagos de salario mínimo, seguro de desempleo y salud entre otros.
