El afán de control de los regímenes totalitarios no conoce límites. En esta oportunidad, Irán acaba de asestar un duro golpe a la privacidad de los usuarios de Internet de su país, al impedir el tráfico de datos HTTPS, en lo que constituye un claro ejemplo de censura y abuso de autoridad, sobre el que nadie habrá de replicar en público.
El protocolo HTTPS se caracteriza por utilizar mecanismos de encriptación que impiden o al menos dificultan hacer un seguimiento de la actividad privada de los usuarios. Esta modalidad ha sido adaptada en los últimos tiempos por populares servicios como Gmail, Yahoo! Mail o Hotmail, por mencionar algunos de los más conocidos. Esos sitios tan importantes, y muchos más, ya no están disponibles en Irán como consecuencia de las medidas de censura aplicadas al bloquear el tráfico HTTPS.
La aplicación de la medida restrictiva fue comprobada inicialmente por la agencia EFE, cuyos corresponsales asumieron que los sitios bloqueados eran solamente los de Google y Hotmail. Poco después se comprobó que el bloqueo se había realizado sobre todo el protocolo HTTPS, anulando el tráfico de miles de servicios que utilizaban este mecanismo de privacidad.
Las autoridades iraníes, como simplemente no podían controlar el contenido encriptado bajo HTTPS, tomaron la decisión de interrumpirlo por completo. El gobierno de Teherán pretende ejercer un férreo dominio sobre las comunicaciones del pueblo iraní: hace poco llegaron a censurar todos los SMS con las palabras “dólar” o “moneda”, en un intento por detener la devaluación de su divisa nacional.
Curiosamente, la actividad HTTPS generada dentro de Irán no ha sido bloqueada en absoluto, tal vez para que el propio gobierno iraní pueda seguir aprovechando las ventajas de su encriptación y no pueda ser espiado por terceros.