La gran mayoría de las empresas tecnológicas ajustan su actuar a las leyes de los países en los que operan. Dependiendo de los gobiernos, y cada caso, esto puede ser malo o bueno. Cuando no hay una legislación clara todo queda librado a los principios de cada compañía. Ahora veamos lo que pasó en Australia, con Meta.
El problema del consentimiento
Senadores australianos mantuvieron una audiencia con Melinda Claybaugh, la directora de privacidad de la compañía tecnológica. Uno de los legisladores le preguntó a la ejecutiva si la empresa había tomado información de todas las publicaciones de ciudadanos australianos desde 2007 para entrenar a sus modelos de IA. Claybaugh señaló que no habían hecho tal cosa.
Sin embargo, otro senador se apuró a apuntar que salvo que las publicaciones hayan sido establecidas como privadas, Meta ha tomado todas las fotos y los textos de cada publicación en Instagram y Facebook desde dicha fecha. Claybaugh admitió entonces que ese era el caso.
El problema de los menores
La ejecutiva aclaró que no se había extraído material de las cuentas de menores de 18. Sin embargo, un senador le preguntó si fotos de sus hijos publicadas en su cuenta serían tomadas. Claybaugh tuvo que admitir que era probable. Otra cuestión que no pudo ser respondida fue que ocurría con los datos de persona que ahora son adultos, pero fueron publicados cuando eran menores.
Sin salida
Los legisladores australianos señalaron que en Europa y Estados Unidos existe una opción de salida para evitar que las publicaciones y datos de un usuarios sean utilizados para entrenar a las IA. Esta alternativa no existe en Australia. Claybaugh admitió que esa opción fue una imposición sobre la empresa.
Es de esperar que lo que ocurre en Australia suceda en otros países en los que no aparece una alternativa de salida. Incluidos muchos en América Latina, sino todos.