La bolsa en Estados Unidos ha alcanzado nuevos récords durante estos últimos dos días. Sin embargo, los analistas han notado que este movimiento ha ocurrido a trasmano de la suerte de las empresas de inteligencia artificial.
El problema de la inversión circular
El ejemplo más dramático de esta situación fue el de Oracle, cuyas acciones cayeron un 11% luego de que el miércoles presentara resultados trimestrales más débiles de los esperados. En su caída arrastró a Nvidia y a Micron.
Oracle obtuvo unos USD 16 060 millones, algo menos que los USD 16 210 millones calculados. No parece una diferencia tan grande, pero muchas compañías de gran tamaño operan con márgenes relativamente pequeños.
Pero al parecer el resultado solo ha sido el disparador de preocupaciones más profundas. Muchos inversores no ven con buen ojo la deuda tomada para la expansión en infraestructura de inteligencia artificial. También les llama la atención la constitución de tantos tratos circulares. Esto es cuando clientes invierten en proveedores y proveedores en clientes.
El problema de los clientes escurridizos
A otra empresa que le fue mal en el mercado fue a Broadcom, la fabricante de chips. Lo curioso es que los resultados de su cuarto trimestre superaron lo que se había vaticinado. Sus ingresos netos duplicaron los conseguidos un año atrás y la compañía señaló que esperaba que el actual periodo tuviera un aumento en la demanda producida por la industria de la inteligencia artificial.
Aún así sus acciones cayeron un 4,5%.
El problema en este caso es que su CEO, Hock Tan, no ha podido despejar los temores de que Google, su más importante cliente, comience a producir sus propios chips. También hay dudas sobre su trato con OpenAI.
La economía
Luego de un jueves fatal, el viernes no se presentaba demasiado positivo para las empresas tecnológicas. Aunque las caídas eran menores, el buen momento de la economía en general ha hecho pensar a muchos que los inversores se están alejando un poco del sector de la intleligencia artificial.





