SAB, 9 / OCT / 2010

El Eslabón Perdido entre el iPad y el eBook

Luego de recorrer palmo a palmo la Frankfurt Book Fair, podemos confirmarles que se han formado dos hinchadas fanáticas que han quedado definitivamente enfrentadas entre sí: por un lado los acólitos de los eReaders y por el otro los apóstoles del Ipad. Los eReader fans dicen que el dispositivo pesa menos, que la batería dura 15 días, que pueden leer bajo un sol radiante, que la eINK (tinta electrónica sin iluminación propia, compuesta por bolitas de plástico) no les cansa la vista, que pueden concentrarse sin que ninguna aplicación adicional los distraiga, que hay más competencia y por eso los costos bajan. Los Ipad defenders, por su lado, sostienen que la experiencia de uso es mucho más excitante, que el color y la posibilidades que ofrece el dispositivo les da más ganas de utilizarlo, que están acostumbrados a cargar la batería del celu todos los días, que exponerse al sol causa cáncer, que cuando les duelen los ojos se van a dormir, que son de la generación multitasking, que la competencia llegará en cuestión de tiempo y que los gustos hay que dárselos en vida. Además, agregan que una pantalla de mayor tamaño es más atractiva y que a la noche no les hace falta luz para leer. Que las aplicaciones que aparecen día a día son cada vez más divertida y su variedad y cantidad tiende a infinito. Como se imaginarán, la discusión es interminable y al usuario advenedizo lo mantienen confundido. Meditando sobre este dilema fundamental, me encontraba girando por un pasillo perdido del Pabellón 8 de la Expo y de repente lo vi. Pensé en Darwin, en la discusión que había tenido con JL sobre si conviene uno u otro formato y en el tiempo que tardaba el turco que no dejaba de hacerle preguntas al promotor del enTourage Edge. La unión de los dos mundos? ¿De qué hablo? Del eslabón perdido, la unión de los dos mundos, el fin de la rivalidad,  un dispositivo doble,  un dualbook, por un lado eReader con tinta electrónica y por el otro un clon de IPAD con casi todas las funcionalidades de la última criatura de Steve Jobs. Acá pueden ver una foto, pueden obtener más info entrando en enTourage.com. Mi entusiasmo fue in-crescendo, al principio me pareció muy divertido, tocaba una palabra en el eReader y la podía googlear en el pseudo-iPad, en este último me quedaban registradas todas las acciones que realizaba en el texto y si en algún momento quería volver a algunos de los puntos marcados, simplemente hacía clic en la anotación y volvía a la página del eReader en donde había hecho la marca. Luego indagué sobre algunos detalles: la batería duraba 5 a 6 horas (“uf! salgo de casa con la carga a full pero me quedo sin nafta a mitad de camino!”, pensé), pesa 1,4 kg (“más que mi HP Mini!”, renegué). Estaba a punto de cerrarle el enTOURANGE al promotor en la nariz, pero antes se me ocurrió preguntarle el precio, US$599.-. ¡Ah, bueno!, definitivamente, la FBF da para todo. Me fui caminando despacito mientras retomaba el último párrafo de mi discusión con JL y me dije apenado, “¿cuánto tiempo más llevará?” Mauricio Acha, enviado especial, FBF 2010.

Luego de recorrer palmo a palmo la Frankfurt Book Fair, podemos confirmarles que se han formado dos hinchadas fanáticas que han quedado definitivamente enfrentadas entre sí: por un lado los acólitos de los eReaders y por el otro los apóstoles del Ipad.

Los eReader fans dicen que el dispositivo pesa menos, que la batería dura 15 días, que pueden leer bajo un sol radiante, que la eINK (tinta electrónica sin iluminación propia, compuesta por bolitas de plástico) no les cansa la vista, que pueden concentrarse sin que ninguna aplicación adicional los distraiga, que hay más competencia y por eso los costos bajan.

Los Ipad defenders, por su lado, sostienen que la experiencia de uso es mucho más excitante, que el color y la posibilidades que ofrece el dispositivo les da más ganas de utilizarlo, que están acostumbrados a cargar la batería del celu todos los días, que exponerse al sol causa cáncer, que cuando les duelen los ojos se van a dormir, que son de la generación multitasking, que la competencia llegará en cuestión de tiempo y que los gustos hay que dárselos en vida. Además, agregan que una pantalla de mayor tamaño es más atractiva y que a la noche no les hace falta luz para leer. Que las aplicaciones que aparecen día a día son cada vez más divertida y su variedad y cantidad tiende a infinito.

Como se imaginarán, la discusión es interminable y al usuario advenedizo lo mantienen confundido.

Meditando sobre este dilema fundamental, me encontraba girando por un pasillo perdido del Pabellón 8 de la Expo y de repente lo vi. Pensé en Darwin, en la discusión que había tenido con JL sobre si conviene uno u otro formato y en el tiempo que tardaba el turco que no dejaba de hacerle preguntas al promotor del enTourage Edge.

La unión de los dos mundos?

¿De qué hablo? Del eslabón perdido, la unión de los dos mundos, el fin de la rivalidad,  un dispositivo doble,  un dualbook, por un lado eReader con tinta electrónica y por el otro un clon de IPAD con casi todas las funcionalidades de la última criatura de Steve Jobs. Acá pueden ver una foto, pueden obtener más info entrando en enTourage.com.

Mi entusiasmo fue in-crescendo, al principio me pareció muy divertido, tocaba una palabra en el eReader y la podía googlear en el pseudo-iPad, en este último me quedaban registradas todas las acciones que realizaba en el texto y si en algún momento quería volver a algunos de los puntos marcados, simplemente hacía clic en la anotación y volvía a la página del eReader en donde había hecho la marca.

Luego indagué sobre algunos detalles: la batería duraba 5 a 6 horas (“uf! salgo de casa con la carga a full pero me quedo sin nafta a mitad de camino!“, pensé), pesa 1,4 kg (“más que mi HP Mini!“, renegué). Estaba a punto de cerrarle el enTOURANGE al promotor en la nariz, pero antes se me ocurrió preguntarle el precio, US$599.-. ¡Ah, bueno!, definitivamente, la FBF da para todo.

Me fui caminando despacito mientras retomaba el último párrafo de mi discusión con JL y me dije apenado, “¿cuánto tiempo más llevará?”

Mauricio Acha, enviado especial, FBF 2010.

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