Un equipo internacional de investigadores se ha puesto como meta descubrir qué aspectos resultan claves para la vida útil de las baterías. La iniciativa se encuentra bajo el liderazgo de la Universidad Tecnológica de Delft, en Países Bajos. Las conclusiones de sus estudios han sido publicadas en la revista Nature: el caos es bueno.
Quizás lo hemos dicho de un modo demasiado dramático. Lo que se apunta es que el desorden en el material del cátodo de óxido aumenta la cantidad de veces que una batería de tipo Li-ion puede cargarse y descargarse.
El desgaste
Las baterías de Li-ion son las más poderosas y las más ampliamente utilizadas actualmente. No necesariamente las mejores opciones, muchas investigaciones tienen como objetivo encontrarles un reemplazo.
Las capas de cátodos de óxido son utilizadas para establecer las conexiones eléctrica. Lamentablemente los procesos de carga hacen que esta estructura se vuelva inestable y con el tiempo la batería deje de funcionar como debería.
El poder del desorden
Los investigadores señalan que las capas de óxido utilizadas como material de cátodo se disponen de forma ordenada. Durante un estudio sobre la estructura se introdujeron una serie de cambios inducidos de forma química. El resultado fue un mejor procesos de síntesis, tiempos de carga mucho menores y como consecuencia una batería más estable.
Luego de unas 200 cargas, las baterías con la estructura alterada casi duplicaban la capacidad de retención de las baterías sin alterar.
De aplicarse lo aprendido se podrían elaborar baterías con un menor costo y una menor huella de carbono.