Una gran cantidad de estafas por Internet tienen origen en sudeste asiático. Entre las amenazas se encuentran los esquemas de inversión fraudulentos, las apuestas ilegales y los romances ficticios destinados a aprovecharse sentimentalmente de algún incauto.
La concentración de las campañas en la región no es sorprendente cuando se tiene en cuenta que una gran parte de la población mundial se encuentra en la región. Sin embargo, las condiciones sociales son un factor que debe tenerse en cuenta.
Estafas y esclavitud
Un reciente reportes de la comisión para los derechos humanos de las Naciones Unidas apunta que muchos de los involucrados en estos esquemas estarían participando en contra de su voluntad. La organización ha estimado que en Birmania habría unas 120 mil personas en esta situación y en Camboya otras 100 mil. Otros países con situaciones similares son Tailandia, Filipinas y Laos.
Miles de personas son reclutadas bajo falsas promesas de un trabajo legítimo. Sin saberlo caen en manos de organizaciones criminales que luego las mantienen en un estado equiparable a la esclavitud. Incluyendo en ocasiones abuso físico y sexual.
Una buena parte de los objetivos de los criminales son inmigrantes. En junio la policía de Filipinas rescató a 2700 personas en unas instalaciones de una banda criminal, en gran proporción eran extranjeros.
Una cuestión de economía
Curiosamente muchas de las operaciones comenzaron a surgir durante la pandemia, cuando los casinos de la región tuvieron que cerrar. Los malos actores de la industria buscaron nuevas vías de ingresos. La región también se encontró con una gran cantidad de jóvenes, con competencias tecnológicas pero sin posibilidades laborales.
Las operaciones de estafas pueden llegar a producir miles de millones de dólares, por lo que no sorprende que lleguen a las escalas mencionadas.