El 24 de noviembre de 2025 fue anunciada la “Genesis Mission”, una apuesta nacional de Estados Unidos destinada a impulsar la investigación científica apoyada por inteligencia artificial a una escala inédita.
El Gobierno presenta esta iniciativa como un proyecto comparable, en urgencia y ambición, al Manhattan Project, subrayando que el país se encuentra inmerso en una disputa global por la supremacía tecnológica, con la IA como motor central del crecimiento económico y del liderazgo estratégico.
La misión busca aprovechar décadas de inversión pública que generaron el mayor conjunto de datasets científicos del planeta, integrándolos en una plataforma unificada para entrenar modelos fundacionales y agentes autónomos capaces de acelerar descubrimientos, automatizar experimentos y optimizar procesos de investigación.
El Departamento de Energía (DOE) será el responsable operativo de la misión, con la obligación de articular todos sus laboratorios nacionales, infraestructura informática y recursos cloud seguros dentro de un entorno cohesionado. A su vez, la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca coordinará la participación de las distintas agencias federales a través del National Science and Technology Council.
La pieza central del proyecto será la American Science and Security Platform, un entorno de alto rendimiento que combinará supercomputación, frameworks avanzados de IA, modelos predictivos, herramientas de simulación y acceso seguro a datasets públicos, privados y sintéticos. Esta plataforma también deberá habilitar laboratorios robóticos y sistemas de manufactura autónoma para experimentar y producir de manera asistida por IA.
El Gobierno le impone al DOE un conjunto de plazos estrictos para poner en marcha la misión.
* En 60 días, deberá presentar una lista de al menos veinte desafíos tecnológicos considerados de interés nacional, abarcando áreas como manufactura avanzada, biotecnología, energía nuclear, materiales críticos, computación cuántica y semiconductores. Esa lista será ampliada y revisada anualmente, y orientará la investigación dentro de la plataforma.
* En 90 días, deberá explicar qué recursos de cómputo, almacenamiento y redes estarán disponibles
* En 120 días, definir los primeros activos de datos y modelos
* En 270 días, demostrar capacidad operativa inicial en al menos uno de los desafíos científicos priorizados.
Justo cuando se discuten temas de seguridad, ética y legalidad en torno a la IA, la presión por acelerar este proyecto podría dejar esos debates en segundo plano, con el riesgo de que más adelante resulte difícil controlar el rumbo del desarrollo tecnológico
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