El ejercito británico ha llegado a un acuerdo con la compañía 4GD para incorporar la tecnología de inteligencia artificial a unos robots de entrenamiento. Antes de que dejemos volar mucho la imaginación hay que aclarar que se trata de los modelos utilizados como objetivos. Son figuras masculinas promedio con el torso y la cabeza.
Acción y reacción
El modelo es conocido como SimStriker y tiene la capacidad de conversar con los soldados durante las sesiones de entrenamiento. La idea es que estas unidades reaccionen al modo en que los soldados se mueven y hablan. De esta manera se podrán plantear varios escenarios a resolver.
En términos generales, si un soldado se comporta de forma calmada no habrá muchos problemas. Pero si se muestra agresivo los robots pueden volverse hostiles e incluso disparar unas municiones similares a las de los rifles a aire comprimido desde sus abdómenes. Los instructores pueden alterar el comportamiento del robot para establecer mayores niveles de dificultad.
Hardware y software
Los robots tienen una cámara en la frente que detecta el movimiento y la luz. Este mecanismo detecta a los soldados e inicia las conversaciones. El robot también puede, en ocasiones, dar señales sonoras que demuestren que no está prestando atención a su entorno.
Además del mecanismo de interacción, el robot posee sensores que le permiten registrar la precisión y tasa de fuego de los soldados. En el futuro 4GD quiere simular de forma virtual la distribución de los órganos en el torso para poder realizar entrenamientos con diferentes tipos de heridas.
SimStriker utiliza como base a ChatGPT, la IA desarrollada por OpenAI.