MAR, 15 / MAY / 2012

La empresa estatal ANTEL podría obtener el monopolio de la fibra óptica en Uruguay

El presidente José “Pepe” Mujica anunció que enviará un proyecto al parlamento para monopolizar el servicio de internet con esa tecnología.

El gobierno uruguayo pretende darle exclusividad por ley en la venta de internet por fibra óptica a la empresa de telecomunicaciones estatal ANTEL, ganándose el odio de las telefónicas privadas Claro y Movistar.

La polémica surgió a fines de 2011, cuando la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec) detectó que Claro vendía servicios de fibra óptica al hogar a empresas privadas en zonas francas. Desde el estado se intimó a la empresa a desconectar esos servicios, mientras Claro se defendía, argumentando que la fibra óptica caía en un vacío legal.

Desde Claro incluiso dijeron que estaba autorizados a “vender este servicio no solo porque nuestras licencias dicen que podemos usar medios de transmisión terrestre, sino porque en el reglamento de servicios está expresamente previsto el principio de neutralidad tecnológica. Eso quiere decir que un licenciatario puede utilizar la tecnología que  mejor favorezca la prestación de  los servicios”, según se expresara Santiago Pardo, director del departamento Legal y de Relaciones Institucionales de Claro para  la región.

La respuesta, en primera instancia, fue la tentativa del gobierno uruguayo de establecer por decreto el monopolio del servicio para la empresa estatal, aunque ayer, finalmente, el secretario de la Presidencia, Alberto Breccia, anunció que “en los próximos días se ha coordinado con el Ministerio de Industria un proyecto de ley que establezca el monopolio en el uso público de la fibra óptica por parte de ANTEL”, quedando así como proyecto separado enmarcado dentro de la Ley de Telecomunicaciones. Según comenta El Observador, este cambio se debió a presiones ejercidas por la presidenta de la telefónica estatal, Carolina Cosse, quien insistió en que el monopolio quedara establecido por ley.

El anuncio sorprendió incluso hacia dentro del gobierno uruguayo, ya que en marzo había sido el mismo Mujica quien daba cuenta de lo complicado del asunto: “si yo me atengo a la lealtad de competencia internacional, el espacio de las telecomunicaciones uruguayas termina en dos o tres empresas transnacionales. Pero si me pongo a obstruirles el paso le creo un problema jurídico al país“, decía el presidente en marzo, en diálogo con el medio oriental.

Cabe mencionar que a pesar de que el monopolio sólo regiría para la transmisión mediante cable, la realidad es que la única forma que tienen las empresas privadas de competir con ANTEL es mediante alternativas como el 3G, que ni por asomo alcanzan la velocidad de las conexiones fijas de internet.

En este sentido, José Pedro Derrégibus, presidente de la Cámara de Telecomunicaciones uruguaya, opinó que “regular las tecnologías y atarlas a que eso lo brinde un solo proveedor es encadenar y retrasar al país“.

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