Hace poco les contamos como el presidente de EEUU, Donald Trump, había anunciado un acuerdo con Nvidia para habilitar la exportación de chips H200 a empresas seleccionadas en China. El mandatario había presentado la decisión como un punto de equilibrio entre la necesidad de mantener la seguridad nacional y asegurar el dominio a nivel internacional en la industria de los chips para IA. Aseguró que eso generaría importantes ingresos para el estado y más trabajo en el país. El presidente de Nvidia, Jensen Huang, saludó la decisión con un discurso similar.
Es posible que en algún momento las exportaciones a China generen trabajo en Estados Unidos. Pero por lo que hemos podido saber, todavía no es el caso. La gran mayoría de los chips H200 que llegarán a China no serán producidos en ese país. Serán fabricados en Taiwan.
De un lado a otro
Sin embargo, para respetar las reglas de juego y la supervisión que exige EEUU, todos pasarán antes por el país norteamericanos para una revisión de seguridad.
En efecto, los chips se fabricarán en Taiwan, país que China amenaza invadir cada día que ve el mar algo más calmo, y serán enviados a través del Pacífico a Estados unidos. Pasarán la revisión y desde allí será enviados a China, cruzando de nuevo el océano.
Y como parte de este movimiento, el gobierno federal espera obtener un 25% (el número ha cambiado con cada declaración de Donald Trump) de lo conseguido en cada venta.
Críticas
Lo señalado solo ha servido para aumentar las críticas al acuerdo, se apunta que la mayor beneficiaria es Nvidia. La compañía ha peleado duramente para poder mantener su acceso al mercado chino. Por dicho motivo siempre ha desestimado las restricciones en la transferencia de tecnología como ineficaces. Pero para muchos analistas suministrar a China chips avanzados, aunque no sean de última generación, es una grave error.





