NOTAS DE LA COMUNIDAD Y EL CONTROL COLABORATIVO

MIE, 14 / MAY / 2025

Desde su integración en X (antes Twitter), Notas de la Comunidad se consolidó como una herramienta clave en la lucha contra la desinformación, ofreciendo una alternativa basada en la participación ciudadana en lugar del control centralizado.

Autor: Alejandro Castillo

Origen, dinámica y alcance funcional

El sistema nació en 2021 bajo el nombre Birdwatch como una experiencia limitada a usuarios seleccionados. Tras la compra de Twitter por Elon Musk, fue relanzado como parte estructural de la plataforma y se convirtió en un mecanismo visible y validado por la propia comunidad.

Permite que ciertos usuarios agreguen anotaciones a publicaciones con el fin de ofrecer contexto adicional, y estas notas solo se muestran cuando son aprobadas por personas con distintos perfiles ideológicos. La participación requiere una cuenta activa, autenticación en dos pasos y un historial libre de infracciones, además de un desempeño aceptable al calificar notas ajenas.

El sistema es anónimo y asigna alias generados automáticamente a los colaboradores. Uno de los elementos más valorados es su lógica de verificación descentralizada, que evita la censura directa al optar por contextualizar los contenidos en lugar de ocultarlos.

Las notas incluyen el historial de ediciones, fuentes consultadas y los votos recibidos, y están disponibles en varios idiomas. Esto permite adaptarse a distintos marcos regionales y culturales sin perder su función informativa.

A la izquierda, publicación original con la imagen del funeral del Papa Francisco que insinúa la ausencia del presidente de Argentina Javier Milei. A la derecha, publicaciones que aclaran la situación, convalidando el valor de Notas de la comunidad.

Tensiones, desafíos y rol de la inteligencia artificial

Pese a sus ventajas, el sistema presenta limitaciones estructurales. En contextos polarizados, suele escasear la diversidad real de voces, y al no contar con verificadores profesionales, puede publicarse contenido impreciso o con escaso respaldo técnico.

También enfrenta críticas por la complejidad de algunos textos, que dificultan su comprensión para el público general. Otro desafío es la lentitud en la validación de notas, lo cual resta impacto ante fenómenos virales.

La inteligencia artificial cumple un papel clave en la eficiencia del sistema. Algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural ayudan a filtrar contenido, detectar sesgos, evaluar la estructura de las notas y prevenir la publicación de textos ofensivos o sin respaldo. Además, priorizan las notas sobre temas de alto impacto, reduciendo la dependencia de la moderación humana.

Aunque parte del código fue publicado en GitHub para fomentar auditorías externas, no todo el sistema es abierto, y subsisten riesgos de manipulación. X reconoció que hay tácticas como votaciones coordinadas, uso de bots o astroturfing que pueden distorsionar el consenso aparente y afectar la calidad del contenido publicado.

También hay casos documentados de uso del sistema para atacar reputaciones o bloquear discursos alternativos. Estas debilidades exigen la incorporación de herramientas más sofisticadas de monitoreo y control.

Las Notas aparecen debajo de los mensajes originales bajo el título “Los lectores añadieron contexto que consideraron que tal vez otras personas quieran saber”. Forman parte del tuit y les permite a los usuarios volcar un pequeño texto junto con links que intentan respaldar su afirmación. Sólo se puede agregar una nota, aunque puede tener varios links.

Expansión del modelo y perspectivas futuras

La experiencia de X con Notas de la Comunidad ha comenzado a influir en otras plataformas. Meta inició pruebas en Facebook, Instagram y Threads con un sistema similar, aunque las notas aún no son públicas y conviven con mecanismos profesionales de verificación.

TikTok, por su parte, lanzó Footnotes, un modelo híbrido que combina participación ciudadana con chequeo profesional, especialmente en temas sensibles como salud y elecciones.

Incluso YouTube está explorando alternativas comunitarias de moderación. No obstante, la adopción generalizada de estos modelos participativos sigue sujeta a los mismos obstáculos: la dificultad para validar contenidos en temas polarizados, el tiempo de respuesta ante desinformación viral y los riesgos de manipulación organizada.

Casos como el huracán Beryl o el atentado contra Donald Trump dejaron en evidencia las demoras del sistema frente a eventos de alto impacto. Estudios recientes mostraron que las notas funcionan mejor en temas consensuados, pero fallan en debates complejos como inmigración o aborto, donde menos del 5 % de las propuestas alcanza aprobación.

Para consolidarse como un estándar global, será necesario acelerar la validación en situaciones críticas, ampliar la diversidad de colaboradores y perfeccionar los sistemas automáticos de detección de anomalías. En ese equilibrio entre apertura y responsabilidad se juega el futuro de la moderación descentralizada.

Tiktok ya invita a ser parte de quienes pueden ayudar a que la comunidad esté mejor informada escribiendo y valorando notas al pie.

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