JUE, 20 / MAY / 2021

Sin privacidad y con censura proactiva, así opera Apple en China

Una investigación del The New York Times ha revelado hasta que punto la compañía estadounidense ha tenido que ceder a las exigencias de las autoridades locales.

El hecho de que Apple ha tenido que acatar muchas de las exigencias de las autoridades chinas para acceder al mercado de dicho país no es una novedad. Tampoco es una situación exclusiva de esta compañía, otras empresas han actuado de forma similar.

Apple ha eliminado aplicaciones a pedido del gobierno y ha movido los datos de los usuarios de dicho país a servidores dentro de sus fronteras.

Todo esto ya era de conocimiento público. Sin embargo nuevos detalles han sido revelados y demuestran hasta que punto Apple se ha comprometido con China.

 

Acceso ilimitado

El centro de datos en la región de Mongolia Interior y el de Guiyang son controlados por empleados estatales, que acceden físicamente a las computadoras de la empresa. Además, la tecnología de encriptado, que en teoría protege la información de los usuarios, fue dejada de lado porque el gobierno chino no la permite.

Documentos internos de Apple señalan que la empresa, que a menudo ha destacado su apuesta por la privacidad, sería incapaz de detener al gobierno si este quisiera acceder a datos privados y sensibles de alguno de los usuarios en China.

Bloqueo proactivo

Hasta cierto punto estamos dispuestos a aceptar como algo normal que una empresa ceda ante la presión de un gobierno y elimine una aplicación. No lo aprobamos, pero nos hemos acostumbrado a estos incidentes.

Apple ha ido un paso más allá y ha construido un sistema que da de baja aplicaciones antes de que el gobierno chino se lo exija. Los programas objetivos son aquellos que la empresa cree podrían hacer enojar a las autoridades.

Para tal fin se han establecido tópicos problemáticos, como por ejemplo la independencia del Tíbet o Taiwán, los nombres de varios críticos del gobierno y la masacre de Tiananmen.

No era lo que esperaba

Según la investigación esta situación no es lo que Apple esperaba para su presencia en China. Sin embargo existen algunas cuestiones a considerar.

Por un lado la empresa no parece tener mucho margen de maniobra, la alternativa es simplemente retirarse del mercado. Cuando comenzó a operar en China se trataba de unas pocas fábricas y un volumen de ventas menor, ahora el país es un mercado clave.

Además, en Apple existe la idea de que su presencia, aún cediendo a las demandas e implementado estas prácticas tan polémicas, es el menor de los males y que supone cierto beneficio para la población.

Por supuesto, todo esto tiene un precio, y es la renuncia a los valores que tanto proclama la compañía.

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