Elon Musk nunca estuvo del todo cómodo en el gobierno de Donald Trump. Había un pequeño detalle que lo enfrentaba al interés de muchos, su vínculo con China. EEUU y China mantienen una relación muy tensa que por momento se transforma en una guerra comercial. Tesla tiene fábricas en China que son indispensables para su línea de producción. Y en general, el director de la compañía mantiene muy buenas relaciones con el gobierno local.
Recientemente Tesla ha anunciado que construirá una central de almacenamiento de energía en el país asiático. Este proyecto será el más grande de su tipo hasta la fecha.
Reguladora de energía
La central de almacenamiento intenta resolver un problema clave en la infraestructura energética del país. Las diferencias en la producción que resultan de los ciclos propios de los medios renovables. Los sistemas solares con el cambio del día a la noche y los eólicos con el ir y venir del viento. Aunque China ha aumentado la producción de energía por medios fósiles, tales como el carbón, también ha invertido considerablemente en medios renovables.
El trato supone una inversión total de unos USD 556 millones. El centro se instalará en la ciudad de Shanghái, donde Tesla tiene también una fábrica de baterías.
Tesla presenta la solución como un regulador de energía urbano capaz de asegurar una provisión de energía estable y segura.
Un buen negocio
Tesla necesita todos los negocios que pueda cerrar. La venta de sus vehículos ha caído dramáticamente en varios países en parte debido a la competencia de empresas de origen chino. Esta central representa un logro aún mayor cuando se considera que compite contra dos empresas locales que ofrecen servicios similares: CATL y BYD.