Un grupo de investigadores de la Universidad RMIT de Australia han logrado desarrollar un dispositivo electrónico que imita el sentido del dolor de la piel humana.
La piel electrónica logra emitir señales de respuesta con la misma velocidad que lo harían las terminales nerviosas del cuerpo.
Esta reacción se produce cuando es sometida a estímulos de presión, calor o frío que sobrepasan ciertos márgenes establecidos.
La piel artificial es capaz de distinguir entre el suave toque con un alfiler y un pinchazo. Lo que le permite producir una respuesta adecuada a cada situación.
¿Por qué?
Por supuesto, la pregunta obvia es para qué querríamos recrear la posibilidad de sentir dolor siendo que los seres humanos siempres se afanan en evitarlo. Porque el dolor es funcionar y en muchos casos necesario.
Según el lider del equipo de investigación, el profesor Madhu Bahaskaran, el prototipo supone un avance en las tecnología biomédicas y la inteligencia robótica. “La piel de nuestro cuerpo es un extenso organo sensorial con complejas características diseñadas para enviar rápidas advertencias cuando algo nos lastima”, explicó,
Una piel artificial capaz de sentir dolor podría permitirle a un robot advertir de forma inmediata cuando una parte de su cuerpo está recibiendo daño.
Otros dispositivos
El equipo de la universidad también ha estado trabajando otros prototipos que son capaces de advertir cambios en la temperatura y la presión.
Una opción considerada para los seres humanos son los injertos de piel no invasivos, diseñados para cuando las alternativas más tradicionales no son posibles. En este caso todavía queda un camino por recorrer hasta que se alcancen los niveles adecuados de biocompatibilidad y flexibilidad.
