Por: Miguel Lederkremer / VIE, 19 / DIC / 2014

Editorial: El lado oscuro de Facebook

Casi toda nuestra vida social es manejada hoy por una sola empresa, que decide por nosotros qué información vemos y con quién interactuamos.

Hace unas semanas, muchos ingenuos volvieron publicar en sus muros el cartelito “En respuesta a las nuevas directrices de Facebook, declaro que mi derecho bla bla bla…”. La realidad es que, por el sólo hecho de usar Facebook, estamos aceptando cada uno de los 30.000 caracteres del contrato de uso, lo que declaremos después en nuestro muro no tiene valor legal.

Gracias a este contrato implícito que firmamos todos sus usuarios, hace unos meses Facebook pudo realizar sin inconvenientes su criticado experimento, en el que manipuló las emociones de miles de personas, mostrándoles publicaciones positivas a algunos y negativas a otros, para medir sus reacciones. En caso de que se lo pregunten, Facebook registra también cada movimiento de nuestro mouse y guarda lo que tipeamos, aunque luego no lo publiquemos, esto fue utilizado para hacer un estudio sobre la autocensura de la gente al escribir.

Claramente la estrategia de Facebook está funcionando, a los anunciantes les encanta un medio que sabe TODO sobre nosotros. Veamos algunas cifras. Hasta hace poco más de 5 años, Facebook perdía dinero: dio ganancias por primera vez en septiembre del 2009. Para el 2015 se estima que tendrá una facturación publicitaria de 15.600 millones de dólares, más que monstruos como Visa o CBS, con un margen de ganancia del 32% (el margen promedio de las empresas S&P500 es menor al 10%). Facebook puede hoy enterrar en dinero a cualquier empresa que le pueda competir o serle útil, así compró Whatsapp en febrero del 2014 por 19.000 millones de dólares, o a Instagram en 2012 por la bicoca de 1.000 millones.

Como parte de su exitosa estrategia, Facebook está haciendo desaparecer el alcance orgánico: empresas con cientos de miles de seguidores podemos publicar el contenido más interesante del Mundo, pero Facebook sólo lo mostrará en unos pocos cientos de muros. A no ser, claro, que paguemos.

Recordemos que Facebook solo muestra en nuestro muro una pequeña fracción de lo que publican nuestros amigos, decidiendo lo que veremos y lo que no, influenciándonos en decisiones  como de quien debemos ser amigos y quien será nuestra próxima pareja…

Casi toda nuestra vida social es manejada peligrosamente hoy por una sola empresa, sin embargo… ¿alguien piensa irse de Facebook?

 


Miguel Lederkremer
Director Editorial
Revista USERS

 

Editorial publicada en Revista USERS 285 – Enero 2015

 

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