Conforme se van publicando más documentos provistos por Edward Snowden, las actividades de la NSA son más difíciles de justificar y un problema cada vez más grande para el gobierno estadounidense. El último texto parece confirmar muchas de las sospechas que abrieron los anteriores. El diario británico The Guardian señaló esta semana que la agencia alentaba a los oficiales de gobierno e inteligencia a compartir la información de contacto de los líderes de estado a nivel internacional. Entre los datos suministrados se incluyen números de línea directa, fax, residencia y teléfono móvil. El documento fue producido en 2006 y cita como ejemplo el caso de un oficial que ofreció más de 200 números de teléfono, incluyendo 35 de líderes mundiales. Aunque la mayoría podían conseguirse públicamente, se consiguieron unos 43 hasta entonces desconocidos. Estos números y otros han sido objetivos de actividades de vigilancia, aunque el texto señala que han producido poca información de relevancia.
En el documento que refiere a estas actividades no se menciona de forma específica de quienes se trata. Sin embargo, las más recientes revelaciones apuntan a que la NSA ha ejercido el espionaje sobre los líderes de Alemania, México, Brasil y Francia. El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, ha señalado sobre este tema: “las revelaciones han causado tensión en la relaciones con algunos países, y estamos afrontándolo a través de los canales diplomáticos”. Los incidentes y el malestar de los mandatarios de los países espiados ha sido expresado siempre con vehemencia. En septiembre, Dilma Rousseff, presidente de Brasil, canceló una reunión en la Casa Blanca luego de que una filtración revelara que la NSA la había espiado y a la compañía de petróleo nacional.
Angela Merkel, la Canciller alemana, calificó al espionaje de sus comunicaciones privadas como una actividad no aceptable en lo absoluto. El diario Der Spiegel había informado que el teléfono móvil de la funcionaria había sido objetivo de la NSA. Carney comentó que el presidente de los Estados Unidos le afirmó a la canciller alemana que no era ni será objetivo de actividades de vigilancia. Sin embargo, Merkel no parece conforme y apuntó que no se trata solo de ella, sino de todos los ciudadanos alemanes.
Actualmente la Comisión Europea estudia una propuesta para que las compañías tecnológicas de origen estadounidense deban pedir permiso antes de pasar datos de ciudadanos europeos a agencias de inteligencia de los Estados Unidos. También se ha suspendido el acuerdo trasatlántico de banco de datos compartidos.
Fuentes: RT, TheGuardian
