El regreso de las misiones tripuladas a la Luna es solo cuestión de tiempo. A corto plazo hay una cuestión de orgullo y la necesidad de demostrar una supremacía tecnológica y económica en un escenario que ahora ofrece un mayor número de competidores. A largo plazo, nuestro satélite ofrece recursos que en teoría no deberían pertenecer a ninguna nación en particular, pero en la práctica son de quienes estén ahí y tengan la tecnología para aprovecharlos.
El miércoles la NASA anunció que había seleccionado a tres empresa para desarrollar su nuevo Vehículo para el Terreno Lunar (LTV por sus siglas en inglés). Este será el sucesor del arenero o buggy que había empleado en las misiones Apollo 15, 16 y 17. Las empresas elegidas son: Intuitive Machines, Venturi Astrolab y Lunar Outpost.
En la imagen principal de este artículo tenemos el concepto presentado por Venturi. A continuación te mostramos los otros dos modelos. ¿Cuál elegirías?
Expectativas
Los vehículos de exploración lunar pensados para la generación Artemis (la nueva era de misiones tripuladas de la agencia) serán, posiblemente, aún más importantes que su antecesor. Se espera que además de ser excelentes medios de transporte actúen como plataformas científicas.
Los LTV serán resistentes a las condiciones extremas de la Luna, en particular el polo sur. Tendrán además la capacidad de conducirse de forma autónoma y un avanzado sistema de manejo de energía, así como también comunicaciones y navegación. La autonomía de los vehículos permitirá su operación remota y la capacidad de la NASA para realizar experimentos científicos durante todo el año, aún en los periodos donde no haya astronautas .
El negocio
El negocio detrás de estos vehículos es importante. La NASA los obtendrá bajo un modelo de servicio y tiene calculado un presupuesto máximo de USD 4600 millones para tal fin. La cantidad de unidades todavía no ha sido definida, la agencia espera a saber cuál será el costo final de cada una.