La empresa anteriormente conocida como Facebook ha apostado una buena parte de su futuro al metaverso. No es la única que cree que Internet sufrirá una gran transformación que beneficiará a las tecnologías de realidad aumentada y realidad virtual, que los espacios y prácticas del medio se redefinirán. Es la más comprometida con esa visión.
Lamentablemente durante los últimos años los signos de que la apuesta al metaverso puede ser un gran error han sido abundantes. De algunos de ellos ya hemos hablado. Tanto la falta de entusiasmo de los empleados de Meta como las críticas de varios especialistas apuntan a la falta de atractivo de la propuesta en su estado actual.
Caída de la realidad virtual
Recientemente la firma NPD Group ha revelado que las ventas de dispositivos para realidad virtual en los Estados Unidos durante 2022 cayeron caído un 2%. En total, la industria generó unos USD 1100 millones. Una cifra que no está nada mal, pero puede considerarse menor dentro del sector tecnológico.
Por su parte, la consultora CC Insight apunta que a nivel mundial los envios de dispositivos de realidad virtual alcanzaron los 9,6 millones, lo que supone una reducción del 12% año a año.
El futuro que tarda en llegar
En parte el mal desempeño en 2022 puede atribuirse al gran paso dado durante 2021, cuando las ventas en los Estados Unidos se duplicaron. En 2020 apenas superaban los USD 500 millones.
El problema también está relacionado con los costos. Por más que Meta señale que se trata de una inversión a futuro, ese futuro parece muy lejano. El presente no es bueno. Durante un buen tiempo los dispositivos se vendieron con un escaso margen de ganancia para promocionar la industria. Pero Meta se ha visto obligada a aumentar el costo del Quest 2 unos USD 100.