Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con Japón y Países Bajos para restringir las exportaciones de herramientas para la fabricación de chips a China. De esta manera se endurece el embargo establecido en octubre de 2022, destinado en última instancia a impactar la industria militar del país asiático.
La incorporación de las naciones mencionadas era vital para que las restricciones impuestas fueran verdaderamente efectivas. Ambos países son importantes actores de esta industria. Los detalles del acuerdo no se han dado a conocer.
Otros países importantes en el sector son Corea del Sur y Taiwán, ambos aliados muy cercanos de los Estados Unidos.
Una relación complicada
La relación entre los Estados Unidos y China no es nada sencilla. A nivel político existen varias hipótesis de conflicto. La más concreta e inmediata es la amenaza de una invasión a Taiwán.
Al mismo tiempo, Estados Unidos es el principal mercado para los productos fabricados en China. Y muchas de las empresas norteamericanas dependen de los fabricantes chinos para la elaboración de sus productos. La dependencia es tal que a ninguno de los dos países le conviene un conflicto.
Los chips
La fabricación de chips es clave. No solo por su uso militar, sino también porque se trata de un componente que esta cada vez más integrado a otras industrias. Sin chips no hay electrodomésticos, tampoco autos de última generación, y tampoco teléfonos.
Estados Unidos ha lanzado un ambicioso programa para la fabricación de estos elementos a nivel local. China ha intentado algo similar, pero sus fabricas todavía dependen en gran medidas de los componentes y suministros del extranjero.