Un artículo publicado recientemente en la revista de Epidemiology and Community Health apunta que los vehículos con sistemas híbridos y eléctricos son más proclives a golpear peatones que los que tienen motores de combustión. Para este trabajo se han analizado los datos de los accidentes ocurridos en el Reino Unido.
A igual trayecto recorrido los autos eléctricos tenían el doble de posibilidades de involucrarse en un accidente. Aunque es importante aclarar que esta situación se daba en pueblos y ciudades. En el ámbito rural los autos eléctricos no tuvieron una incidencia mayor que los de combustión.
El sonido
Sobre las razones que podrían estar detrás de esta diferencia, Phil Edwards, autor del estudio, apuntó a lo que muchos consideran una de las virtudes de los vehículos. Los motores de los vehículos eléctricos son más silenciosos que los motores de combustión, esto lleva a que sean mucho más difíciles de detectar a través del oído. Muchas personas están acostumbradas a utilizar este sentido cuando transitan las ciudades y los pueblos a pie. También los conductores están acostumbrados a que los peatones escuchen sus vehículos cuando se acercan.
La solución a este problema podría ser agregar un efecto de sonido a los motores. Esta no sería una práctica novedosa. Algunas marcas que venden autos deportivos han agregado esta opción a sus vehículos para recrear el efecto de potencia que ofrecen los motores de combustión.
El Dodge Charger Daytona SRT tiene un motor eléctrico que ruge
¿Una realidad del pasado?
En Europa a partir de 2019 se exigió la incorporación de un sistema que emite un sonido de alerta cuando el vehículo se mueve de forma más lenta, y por tanto es más silencioso. Los datos con los que trabajó Edwards son viejos, de 2013-2017, en parte porque no existe información posterior disponible.
Sin embargo, Edwards advierte que todavía existen muchos vehículos de años previos a la medida.
Otros factores a considerar
Además del problema del sonido algunos expertos apuntan a la juventud de los usuarios de los vehículos eléctricos. Lo que podría suponer menor experiencia al volante. Otro factor es el peso de los vehículos, que los haría más lentos a la hora de corregir su trayectoria. Cuando esto se une a su gran capacidad de aceleración el problema se agrava.