MAR, 5 / JUL / 2011

MundoGaturro: una manera exitosa de reactivar los mundos virtuales

RedUSERS entrevistó a Guido Corsini, Project Manager de Mundo Gaturro, el juego social para niños del momento que con sólo un año de vida ya posee más de 2 millones de usuarios registrados: las claves de su éxito descansan en desarrollos creativos, eficiente moderación de contenidos y una activa participación de los padres en la administración del sistema.

Mundo Gaturro es el resultado de la combinación de dos deseos poderosos: por un lado estaba la fantasía de Nik de llevar a su popular personaje a la Web y por el otro, desde Compañía de Medios Digitales (CMD, empresa del Grupo Clarín) habían imaginado la creación de un mundo virtual entre los fans más pequeños de Gaturro donde pudieran interactuar. Las dos partes se juntaron y casi naturalmente surgió Mundo Gaturro: el proyecto estuvo en fase beta desde 2009 hasta su lanzamiento oficial en marzo de 2010 cuando la gente de QB9 terminó de desarrollar el motor y el esqueleto del juego.

El juego y su componente central: moderación

Básicamente Mundo Gaturro es un mundo virtual destinado a usuarios de entre 4 a 12 años que ingresan con un registro de manera gratuita bajo la tutela de sus padres, que son los administradores de la cuenta. El usuario puede elegir un avatar (Gaturro o su novia Agatha) con el nombre que quiera y a partir de ese instante se sumerge en un mundo virtual fantástico en donde va visitando distintos espacios que proponen actividades variadas como mini juegos flash, trivias, quiz, etc. En ese tipo de acciones, el usuario conseguirá monedas que luego puede cambiar por productos existentes en catálogos para vestir a su avatar o decorar su casa, el escenario más importante y valorado del juego y en donde los usuarios pasan la mayor parte de sus aventuras.

Pero además de avanzar sobre los desafíos propuestos por los game designers de Mundo Gaturro, los niños pueden interactuar con otros usuarios. Dice Corsini: “Los chicos pueden disfrutar de Mundo Gaturro solamente jugando o recolectando monedas y canjeandolas con otros usuarios o por cosas. En este sentido, los avatares organizan fiestas en sus casas: por ejemplo, canjean monedas por accesorios de vivienda y convierten su habitación en un avión o en un cine o en un barco pirata. No es algo que viene prearmado: nosotros les damos las fichas, como un rasti, y ellos van haciendo lo que quieren”.

El tema de la moderación es fundamental para los padres y por eso Mundo Gaturro presta principal atención al tema. El primer gran moderador es el propio usuario inmerso dentro de un mundo virtual donde debe reconocer a los otros para ganar su confianza. “En primer lugar los chicos tienen que ser buenos y solidarios dentro de la red porque las fiestas promovidas son concurridas sólo si esos usuarios anfitriones son reconocidos por los invitados. Esto hace que la comunidad se automodere: lo que más les gusta a ellos es invitar a sus casas a otros chicos y que la casa sea modificada para eventos especiales”, explica Corsini.

Pero también están los métodos tradicionales de control parental. “Los padres, quienes controlan la cuenta, determinan si la navegación se hace por moderación de alta seguridad, donde los Gaturros no pueden ver lo que otros chicos dicen y solo responden frases prefijadas, o mediana moderación, donde reciben y mandan mensajes en las salas de chat”. Para garantizar la seguridad de sus usuarios, Mundo Gaturro funciona con un sistema de doble moderación: una plataforma automática que corrige semánticamente lo que dicen los chicos para evitar las malas palabras y el mal uso del lenguaje y un control manual 7×24 con moderadores online. Los Gaturros, como así se llaman los players, no pueden intercambiar datos personales de ningún tipo, ni nombre real, ni teléfonos.

“Nuestro foco principal en materia de seguridad es la moderación, no se filtró ningún problema desde que existe Mundo Gaturro y esperamos seguir así”, cuenta el responsable del proyecto que en la actualidad cuenta con más de 2 millones de usuarios registrados en Latinoamérica. ¿Cómo llegó a impactar tan fuerte el producto en los países vecinos? “La clave es Gaturro”, asegura Corsini y agrega: “Particularmente el personaje en Argentina tiene una fortaleza enorme para los chicos y eso lo pudimos replicar en otros países como España, México, Perú, Chile y Colombia. El juego en sí es divertido y tiene una gráfica destinada al público que buscamos. Hicimos diferenciación de productos de otros mundos virtuales y notamos que nuestra línea estética es muy clara. Por eso abarcamos un público amplio: para cada uno tenemos un juego específico”.

Los usuarios que quieran contar con un servicio Premium pueden comprar un Pasaporte en Mundo Gaturro que posibilita el acceso limitado por tiempo (puede ser tres días, una semana, un mes o lo que el usuario quiera pagar) a todas las features del catálogo que no aparecen en la versión gratuita.

La elevada demanda de los más pequeños

Para Guido Corsini, el principal desafío detrás de Mundo Gaturro está en satisfacer la demanda incesante de sus pequeños usuarios que buscan todo el tiempo cosas nuevas y actualizaciones. “Semana a semana los usuarios esperan novedades en Mundo Gaturro y si no las encuentran se enojan y nos reclaman. El sitio funciona casi como un mandato dictatorial de sus deseos, son jugadores muy exigentes. Estamos trabajando en chiches nuevos como rankings y renovadas herramientas de socialización. Por lo pronto sólo puedo decir que para el mes que viene Gaturro se meterá en un mundo Medieval, donde habrá príncipes y princesas, castillos y todo tipo de juegos que respetan la estética del Medioevo”, adelanta el Project Manager.

Por fuera de la red, el proyecto también crece. En 2010 Mundo Gaturro tenía su primer juego de penales en Apple Store para iPhone y actualmente desde los laboratorios del CMD se encuentran realizando pruebas con plataformas Android.

La última gran actualización de este simpático mundo virtual corresponde al tema de la Copa América. “Como nuestros usuarios siempre nos piden cosas nuevas, lanzamos un lugar especial dentro de Mundo Gaturro donde se pueden comprar artículos de la Copa América y dar bienvenida al juego a usuarios de otros países. No hacemos competencia entre países, sino que hacemos una tribuna para que todos los chicos se junten y hagan alguna actividad juntos desde ese espacio. Nosotros promovemos la integración y no la competencia entre los usuarios”.

Al parecer, Mundo Gaturro supo comprender las necesidades de los padres y de los chicos en torno a la presencia de los pequeños en los mundos virtuales. La notable separación que existe en este juego con respecto al mundo de los adultos y de los niños es un factor clave para comprender la importancia de los entornos seguros en esta clase de actividades en las cuales los usuarios no saben quiénes están del otro lado. Quizás lo ideal sería fomentar también la integración de los usuarios por fuera del mundo virtual con otras actividades complementarias, esto es, un espacio físico donde puedan relacionarse personalmente. Pero claro, siempre es más seguro el entorno del hogar, a la vista de los padres, para salir al mundo digital desde tan pequeños. Mundo Gaturro es un buen paso para fomentar, desde edad temprana, la importancia de qué información compartir en las redes sociales y cómo manejarse a través de ellas sin sufrir los pormenores de tener nuestra identidad regada por todos los mundos existentes. En un universo donde la desconfianza y la paranoia son moneda corriente, Mundo Gaturro propone resignificar a los mundos virtuales y colocarlos del lado del usuario y no tanto del placer que se siente por estar expuesto ante los diversos voyeaurs digitales.

Por Leandro Piñeiro

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