Optimiza tu hardware en Windows 10

MAR, 5 / ENE / 2021

Aspectos del hardware que afectan el rendimiento

La mayoría de los problemas de rendimiento en las computadoras no se deben al hardware sino al software. En realidad, son escasos los inconvenientes del hardware que influyen en el rendimiento de un equipo.

Para muchos usuarios o personal encargado del soporte técnico, la mejor forma de remediar un equipo con problemas de rendimiento es formatear el disco duro y volver a instalar todo el software. Justamente, reinstalar

el sistema operativo siempre debe ser el último recurso, no el primero
(lo mismo aplica para solucionar cualquier otro tipo de falla que se presente en una PC). A continuación, se mencionan los problemas de performance relacionados con el hardware y sus soluciones.

Debemos ser cuidadosos, sobre todo con la ubicación de los cables internos.

Ensamble inadecuado

Un equipo armado a medida suele tener muchas ventajas, como la combinación exacta de componentes según las necesidades y el presupuesto de cada usuario, pero también puede acarrear ciertos problemas si todo el conjunto no está montado de la forma adecuada.

Uno de estos inconvenientes es una mala organización del cableado en el interior del gabinete, lo cual suele entorpecer la circulación de aire requerida para lograr una ventilación eficiente. Los cables que parten desde la fuente de energía hacia el motherboard, la tarjeta gráfica y las unidades de almacenamiento deben desplegarse sobre las paredes y rincones del chasis. Con la ayuda de abrazaderas de velcro o precintos plásticos, hay que contener y asegurar estos cables en un mismo manojo, para luego ir derivándolos hacia los componentes que alimentan.

No es aconsejable dejar cables sueltos o colgando por el medio del gabinete: esto no solo entorpece la ventilación, sino que también puede llegar a frenar un ventilador.


Los gabinetes modernos permiten pasar los cables de la fuente de energía por detrás del motherboard para evitar que bloqueen algún cooler.

Puertos Serial-ATA

Existen motherboards que cuentan con puertos Serial-ATA provenientes de distintas controladoras incorporadas.

En ocasiones, con la finalidad de abaratar costos, los fabricantes incluyen una controladora Serial-ATA de tercera generación (3G o SATA 600) y otra de segunda generación (2G o SATA 300). Si se ignora este punto o no se lo tiene en cuenta, el rendimiento de una unidad de almacenamiento clave, como la principal o de sistema, puede reducirse exactamente a la mitad.

En general, en los modelos de placas madre que ofrecen puertos Serial-ATA de 300 y de 600 Mbps, estos se diferencian mediante el color del plástico utilizado para su construcción.

Consultando el manual de la placa es posible conocer cuáles son los puertos rápidos y cuáles no. Es aconsejable conectar las unidades de estado sólido y los discos duros a los puertos SATA 3G, y dejar los otros puertos para unidades ópticas o discos duros de esa misma generación o, incluso, de la primera (1G).

Si los puertos Serial-ATA son de diferentes colores se debe consultar el manual para conocer cuáles son los de tercera generación (alta velocidad) y cuáles no.

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