Con el correr del tiempo y la aparición de nuevas versiones, Adobe hizo grandes mejoras a la experiencia de aplicar las herramientas de Photoshop a los objetos 3D. Especialmente con el lanzamiento de Photoshop CS6 Extended, cuando se introdujeron, entre otras mejoras, tiempos de render más rápidos, controles más intuitivos y sencillos y un mejor aprovechamiento del espacio de trabajo.
Si bien es posible crear desde cero modelos 3D básicos y añadirle texturas y animaciones, no sería este su principal objetivo, sino aprovechar todas las herramientas potentes de composición (máscaras, pintura, filtros, ajustes de color, etc.) para incluir este tipo de imágenes en nuestros proyectos.
Cuando se trabaja con un modelo 3D, se está trabajando en realidad con vectores. Un objeto 3D está compuesto, entonces, por una malla (vectorial) con varios materiales aplicados y al menos una luz para que se ilumine. Todo esto está acompañado por al menos dos archivos diferentes: el objeto 3D real, que es un archivo vectorial, y la textura del objeto 3D, que vendría a ser la imagen que define el aspecto visual de este objeto. Si además de tener seleccionado el objeto en la ventana de capas se selecciona la herramienta [Mover], accedemos a las herramientas 3D que nos permiten rotar, rolar, arrastrar, deslizar y cambiar el tamaño de la malla, la luz o la cámara que componen la escena.