JUE, 13 / OCT / 2011

La biografía de Steve Jobs revela por qué se vestía de polera, jeans y zapatillas

Polera negra de Issey Miyake, Jeans Levi's y zapatillas New Balance color gris: las claves del tradicional uniforme de Steve Jobs. El tradicional atuendo del cofundador de Apple era toda una incógnita, pero surgió en un intento fallido de Jobs de querer imponer un uniforme para todos los empleados de la manzanita.

En el mundo de la tecnología, muchos atuendos se han hecho famosas por ser usadas por las celebridades de la tecnología. Se vienen a la memoria las gafas de Bill Gates o la remera gris que usa Zuckerberg en cada presentación. Pero sin dudas, la combinación de polera negra, jeans Levi’s y zapatillas New Balance de Jobs quedará como uno de los “uniformes” más recordados.

La historia la conoce Walter Isaacson y está contada en la biografía que le realizó al cofundador de Apple, la cual fue “apurada” para aprovechar el interés de la gente en saber más de Steve Jobs tras su muerte. Isaacson realizó múltiples entrevistas con él y recientemente se publicó un extracto sobre el clásico atuendo de Jobs, que citamos a continuación:

En un viaje a Japón a comienzos de los ’80, Jobs le preguntó al presidente de Sony, Akio Morita, por qué todos en las fábricas usaban uniformes. Le respondió que, luego de la Segunda Guerra, ninguno tenía ropa y compañías como Sony debían vestir a sus obreros todos los días. Con el correr de los años, los uniformes desarrollaron sus propios estilos, especialmente en compañías como Sony, y eso se convirtió en un modo de unir a los empleados con la compañía. ‘Decidí que quería ese tipo de unión para Apple’, recordó Jobs.

Sony, por su aprecio por el estilo, se contactó con el famoso diseñador Issey Miyake para crear sus uniformes. Estaban compuestos por una chaqueta fabricada a base de nailon resistente a rasgaduras con mangas desmontables para convertirse en un chaleco. Entonces Jobs se contactó con Issey Miyake y le pidió que diseñara una vestimenta para Apple. Jobs recordó: “Regresé con algunos ejemplos y les conté a todos lo genial que sería que todos usáramos esa ropa. ¡Dios, me abuchearon para que me fuera del escenario! Todos odiaron la idea”.

En proceso, no obstante, se hizo amigo de Miyake y volvería a visitarlo regularmente. También le gustó la idea de tener un uniforme para sí mismo, tanto por la comodidad diaria  (la razón que atribuía) como su posibilidad de convertirlo en un estilo propio.  “Entonces, le pregunté a Issey que me hiciera una de sus poleras negras que me gustaban y me hizo mil”. Jobs notó mi sorpresa cuando me contó su historia, por lo que me mostró todas las que tenía apiladas en el armario. “Eso es lo que yo uso. Tengo suficientes para el resto de mi vida”, dijo Jobs.

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