JUE, 23 / DIC / 2010

Cinco goles y mucha emoción en la final del campeonato de fútbol robot

En la categoría de robótica física, pyB -de la Universidad Abierta Interamericana- se impuso a Spiritual Machine por 3 a 2, y levantó la copa de local, ante toda su gente: el tramo definitivo del Campeonato Argentino de Robots se realizó en la sede de la universidad y participaron más de 25 equipos de todo el país que compitieron arduamente durante dos días. ¿Cómo debe formar mi equipo? ¿Me conviene jugar con dos defensores o tres? ¿Será más conveniente, si quiero lastimar al rival, arriesgar con dos delanteros y un sólo mediocampista? ¿Cuál es la estrategia para vencer a mi rival, si diseñó robots más lentos? ¿Adoptamos un sistema Menottista o Bilardista? ¿Y si vamos todos al ataque como Bielsa? ¿ Y si sólo gritamos como Maradona? Estos dilemas, sumados a algoritmos matemáticos-informáticos, son los que se entrecruzaron por las cabezas de todos los directores técnicos de fútbol robot que la semana pasada estuvieron disputando en la UAI las finales del Campeonato Argentino. El evento, que iba a ser realizado íntegramente en Tecnópolis, la frustrada feria nacional de tecnología que nunca llegó a realizarse por conflicto de interes entre el gobierno Nacional y Porteño, debió organizarse de emergencia en las instalaciones de la universidad y sin embargo fue la edición con más equipos participantes, sobretodo del interior del país, y registró una buena cantidad de asistentes, entre los que se encontraban tanto expertos en robótica como aficionados que sólo querían ver un poco de fútbol y divertirse. Justamente, una de las características fundamentales del torneo está en su caracter social: la UAI junto a todas las entidades que se encuentran detrás de la organización encaran cada edición con el firme objetivo de convertir la competencia en un lazo entre la academia y la gente, una especie de extensión entre dos puntos que pocas veces tienen la suerte de confluir y de intercambiar actividades. Por eso no sorprendió la gran cantidad de hinchas que se acercaron a la sede para disfrutar de los partidos, y también para aprender sobre la asignatura y sus secretos. Pero volvamos a la parte de la competencia: desde el jueves 17 por la mañana hasta el viernes 18 por la tarde se jugaron las instancias de octavos de final, cuartos, semi y final, donde los participantes se dividieron en dos disciplinas: robótica física -esto es, un partido de 30 minutos de duración en dos tiempos de 15 entre dos equipos de robots controlados por sus entrenadores- y robótica simulada, donde el partido se desarrolla exclusivamente en un entorno de programación. Los equipos que llegaron a la final en ambos casos fueron de la UAI y de Spiritual Machine, pero con distintos integrantes en cada ocasión. El medallero quedó compuesto de la siguiente manera: Robótica Física 1° Puesto pyB (Universidad Abierta Interamericana) 2° Puesto Spiritual Machine (Particular) 3° Puesto Tortubot (E.E.M.Nº7 – R. Arlt) Robótica Simulada 1° Puesto Spiritual Machine (Particular) 2° Puesto E-Toddy (Caeti UAI – C++) 3° Puesto Simularlt (E.E.M.Nº7 – R. Arlt) Una vez finalizado el torneo, RedUSERS entrevistó al Dr. Marcelo De Vincenzi, Vicerrector de Gestión y Evaluación, y Decano de la Facultad de Tecnología Informática de la UAI, y le preguntó cuál fue la clave que llevó a su universidad a coronarse en la categoría física: “Toda la habilidad del equipo campeón está basada en la programación, en la lógica, en cómo aprovecharon en tiempo real la información que veían en la pantalla para trazar la línea más directa desde un punto hacia la pelota para llevarla hasta el fondo de la red” ¿Se habrá empapado de ciencias matemáticas el multicampeón Carlos Bianchi para haber dado tantas vueltas olímpicas en su carrera? El académico detalló la dinámica del partido: “Los robots son autónomos, en realidad podríamos decir que son un poco feos a la vista, pero en realidad lo que importa es la tecnología y su aplicación. Entonces, dentro de la cancha colocamos una cámara que todos los participantes ven al mismo tiempo, los robots se comunican vía bluetooth o wifi con esa cámara y decodifican la información que reciben: interpretan las imágenes y toman decisiones en tiempo real, como cualquier futbolista profesional”. Esta tecnología es la misma que utilizan en la industria armamentista para diseñar, por ejemplo, aviones no tripulados comunicados satelitalmente. Según el vicerrector, luego de cada partido los equipos intercambiaban con sus rivales alguna información de la estrategia que habían adoptado con el objetivo de enriquecer el conocimiento de todos los participantes y elevar el nivel del torneo. “Cada equipo tiene diseñada su librería de algoritmos con las instrucciones que creó para los distintos jugadores, la función que deben cumplir en la cancha y la frecuencia de acción. Parte de ese algoritmo lo compartían, pero claro, no podían revelar todos sus secretos porque todavía tenían que seguir compitiendo” (Ver galería de imágenes debajo). Además de levantar la copa y coronarse como campeones oficiales del torneo, los ganadores fueron premiados con un ticket para participar de los campeonatos mundiales de fútbol robot RoboCup, que este año se celebraron en Singapur y en 2011 se desarrollarán en Estambul, Turquía. Finalizado el torneo, sólo queda pensar en cómo afrontarán los equipos la pretemporada: seguramente deberán aceitar algunos mecanismos, programar muchas jugadas estratégicas y entrenar lo más que se pueda a ese delantero pesado que quiere convertirse en el goleador de la liga. Más allá de eso, lo que todos esperamos para la próxima edición del Campeonato Argentino de Fútbol Robot es ver a más jugadores en acción y más hinchada alentando en las tribunas. Por Leandro Piñeiro

En la categoría de robótica física, pyB -de la Universidad Abierta Interamericana- se impuso a Spiritual Machine por 3 a 2, y levantó la copa de local, ante toda su gente: el tramo definitivo del Campeonato Argentino de Robots se realizó en la sede de la universidad y participaron más de 25 equipos de todo el país que compitieron arduamente durante dos días.

¿Cómo debe formar mi equipo? ¿Me conviene jugar con dos defensores o tres? ¿Será más conveniente, si quiero lastimar al rival, arriesgar con dos delanteros y un sólo mediocampista? ¿Cuál es la estrategia para vencer a mi rival, si diseñó robots más lentos? ¿Adoptamos un sistema Menottista o Bilardista? ¿Y si vamos todos al ataque como Bielsa? ¿ Y si sólo gritamos como Maradona? Estos dilemas, sumados a algoritmos matemáticos-informáticos, son los que se entrecruzaron por las cabezas de todos los directores técnicos de fútbol robot que la semana pasada estuvieron disputando en la UAI las finales del Campeonato Argentino.

El evento, que iba a ser realizado íntegramente en Tecnópolis, la frustrada feria nacional de tecnología que nunca llegó a realizarse por conflicto de interes entre el gobierno Nacional y Porteño, debió organizarse de emergencia en las instalaciones de la universidad y sin embargo fue la edición con más equipos participantes, sobretodo del interior del país, y registró una buena cantidad de asistentes, entre los que se encontraban tanto expertos en robótica como aficionados que sólo querían ver un poco de fútbol y divertirse.

Justamente, una de las características fundamentales del torneo está en su caracter social: la UAI junto a todas las entidades que se encuentran detrás de la organización encaran cada edición con el firme objetivo de convertir la competencia en un lazo entre la academia y la gente, una especie de extensión entre dos puntos que pocas veces tienen la suerte de confluir y de intercambiar actividades. Por eso no sorprendió la gran cantidad de hinchas que se acercaron a la sede para disfrutar de los partidos, y también para aprender sobre la asignatura y sus secretos.

Pero volvamos a la parte de la competencia: desde el jueves 17 por la mañana hasta el viernes 18 por la tarde se jugaron las instancias de octavos de final, cuartos, semi y final, donde los participantes se dividieron en dos disciplinas: robótica física -esto es, un partido de 30 minutos de duración en dos tiempos de 15 entre dos equipos de robots controlados por sus entrenadores- y robótica simulada, donde el partido se desarrolla exclusivamente en un entorno de programación. Los equipos que llegaron a la final en ambos casos fueron de la UAI y de Spiritual Machine, pero con distintos integrantes en cada ocasión.

El medallero quedó compuesto de la siguiente manera:

Robótica Física

1° Puesto pyB (Universidad Abierta Interamericana)
2° Puesto Spiritual Machine (Particular)
3° Puesto Tortubot (E.E.M.Nº7 – R. Arlt)

Robótica Simulada

1° Puesto Spiritual Machine (Particular)
2° Puesto E-Toddy (Caeti UAI – C++)
3° Puesto Simularlt (E.E.M.Nº7 – R. Arlt)

Una vez finalizado el torneo, RedUSERS entrevistó al Dr. Marcelo De Vincenzi, Vicerrector de Gestión y Evaluación, y Decano de la Facultad de Tecnología Informática de la UAI, y le preguntó cuál fue la clave que llevó a su universidad a coronarse en la categoría física: “Toda la habilidad del equipo campeón está basada en la programación, en la lógica, en cómo aprovecharon en tiempo real la información que veían en la pantalla para trazar la línea más directa desde un punto hacia la pelota para llevarla hasta el fondo de la red” ¿Se habrá empapado de ciencias matemáticas el multicampeón Carlos Bianchi para haber dado tantas vueltas olímpicas en su carrera?

El académico detalló la dinámica del partido: “Los robots son autónomos, en realidad podríamos decir que son un poco feos a la vista, pero en realidad lo que importa es la tecnología y su aplicación. Entonces, dentro de la cancha colocamos una cámara que todos los participantes ven al mismo tiempo, los robots se comunican vía bluetooth o wifi con esa cámara y decodifican la información que reciben: interpretan las imágenes y toman decisiones en tiempo real, como cualquier futbolista profesional”. Esta tecnología es la misma que utilizan en la industria armamentista para diseñar, por ejemplo, aviones no tripulados comunicados satelitalmente.

Según el vicerrector, luego de cada partido los equipos intercambiaban con sus rivales alguna información de la estrategia que habían adoptado con el objetivo de enriquecer el conocimiento de todos los participantes y elevar el nivel del torneo. “Cada equipo tiene diseñada su librería de algoritmos con las instrucciones que creó para los distintos jugadores, la función que deben cumplir en la cancha y la frecuencia de acción. Parte de ese algoritmo lo compartían, pero claro, no podían revelar todos sus secretos porque todavía tenían que seguir compitiendo” (Ver galería de imágenes debajo).

Además de levantar la copa y coronarse como campeones oficiales del torneo, los ganadores fueron premiados con un ticket para participar de los campeonatos mundiales de fútbol robot RoboCup, que este año se celebraron en Singapur y en 2011 se desarrollarán en Estambul, Turquía.

Finalizado el torneo, sólo queda pensar en cómo afrontarán los equipos la pretemporada: seguramente deberán aceitar algunos mecanismos, programar muchas jugadas estratégicas y entrenar lo más que se pueda a ese delantero pesado que quiere convertirse en el goleador de la liga. Más allá de eso, lo que todos esperamos para la próxima edición del Campeonato Argentino de Fútbol Robot es ver a más jugadores en acción y más hinchada alentando en las tribunas.

Por Leandro Piñeiro

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