Hace unos años la Organización Europea para la Investigación Nuclear construyó y puso en funcionamiento el colosionador de hadrones. Un dispositivo gigantesco que permitiría realizar nuevos experimentos y tenía una más que ínfima posibilidad, en teoría, de destruir el mundo.
Aunque lo primero fue un éxito y el planeta sigue en su sitio el CERN comenzó casi de forma inmediata a planificar la construcción de un dispositivo aún más gigantesco.
Para tener idea de la proporción, el actual colisionador tiene unos 27km de recorrido, el nuevo llegará a los 100km y costará la módica suma de USD 23 mil millones.
Estamos casi seguros de que podemos comprarnos un país pequeño con esa cantidad o una docena de computadoras Apple con casi todos sus agregados.
El plan ha sido aprobado.
Objetivo
Las nuevas instalaciones tienen como objetivo ayudar a los físicos a aprender más sobre la materia oscura y otros aspectos del universo que por el momento siguen siendo tema de debate.
El nuevo colisionador será construido en dos etapas. La primera versión se dedicará a chocar electrones y protones para producir partículas Higgs bosons. La segunda hará chocar protones en la búsqueda de nuevas partículas.
El nuevo tunel comenzará a construirse en 2038.
Es decir, después de esta pandemia y por lo menos una más.
El CERN ha advertido que es posible que tenga que buscar fondos fuera de Europa. China, Estados Unidos y Japón, serían algunos de los candidatos. El problema es que el nuevo colisionador tiene 4 veces el tamaño del anterior y objetivos mucho más difusos.
