Como regla general, casi cualquier actividad comercial o servicio es susceptible al fraude. Sin embargo, hay algunas alternativas que son más vulnerables. Internet solo parece exacerbar los peligros.
A principios de Julio una mujer en Londres recibió una inesperada y extraña visita. Una pareja de turistas, madre e hija, toco a su puerta. Llevaban con ellas una gran cantidad de valijas. La madre le contó que habían reservado la casa a través del sitio Booking.com, pero Gillian les informó que su casa no había sido ofrecida a través de dicho servicio.
Unas pocas horas después otro grupo de personas toco a su puerta con el mismo relato. No fue el último.
Perjuicios y riesgos
Gillian se comunicó con el sitio Booking.com. Su casa aparecía listada entre las opciones para la ciudad. Unos 6 días después la publicación fue removida. Sin embargo, para muchos ya era demasiado tarde. Para fines de mes unas 100 personas se habían acercado a la casa con la esperanza de hospedarse.
La publicación era un fraude. Gillian nunca había ofrecido su hogar, tampoco había sido contactada para tal fin. La dirección de la casa aparecía acompañada por fotos de un edificio en la ciudad de Chelsea. Ese espacio se ofrecía de forma legítima en el mismo sitio web.
Gillian comenta que se sentía mal por todos los estafados. Pero también apunta que lo ocurrido es preocupante, porque un día podría tener que enfrentarse a una persona que reaccione violentamente a la sorpresa de no tener un lugar donde quedarse.
La respuesta de la empresa
Booking.com afirma que la seguridad es un tema que se toma con mucha seriedad. Agrega que los afectados han sido contactados para ofrecer la devolución del dinero invertido y asistencia ante los inconvenientes generados. Lo ocurrido genera muchas dudas y preguntas sobre la capacidad de algunos servicios online para evitar los fraudes y proteger a sus usuarios.
Pero nos interesa conocer la experiencia de nuestros lectores. ¿Te ha ocurrido algo similar con este u otro tipo de servicio?
