Por: Miguel Lederkremer / MAR, 1 / MAR / 2016

Editorial: Tu prooóximo auto será eléctrico

La tecnología es más ecológica, limpia y silenciosa, pero tiene aún dos desafíos clave a superar.

Estuve recientemente en la última carrera de la Formula E, la  joven (recién va por su 2da temporada) y ecológica prima de la Fórmula 1. A pesar de alcanzar los 240 Km/h, los autos pasaban extrañamente silenciosos frente al público. Los fanáticos del automovilismo critican la falta del típico rugido de los motores y ¡hasta se propuso agregarles ruido a los autos mediante alerones!

La gente de Qualcomm, responsable de la tecnología de carga, hizo hincapié en que, a diferencia de las carreras de Fórmula 1, realizadas en autódromos alejado de las urbes debido al ruido y la contaminación; las carreras de Formula E se corren dentro de las ciudades, para mostrar que esta tecnología es limpia y silenciosa.

Pero no todas son ventajas, la carrera mostró también la principal limitación actual de los autos eléctricos: la autonomía. Cada auto carga casi la mitad de su peso en baterías (340 Kg), pero así y todo, en la mitad de la carrera los autos se quedan sin batería, como cargarlas lleva 50 minutos, ¡los conductores deben cambiar de auto en la mitad de la carrera!

Sin embargo, para los trayectos típicos de casa al trabajo, la autonomía no es un problema. Nuestra voluntad de cuidar el planeta tampoco será definitoria en la adopción de los autos eléctricos. Como siempre, lo que determinará el cambio será nuestro bolsillo. Veamos:

En EEUU el auto tradicional más económico cuesta hoy 12.000 dólares (Nissan Versa), mientras el eléctrico más barato (Mitsubishi i-MiEV) cuesta USD 24.000, el doble. En ese mismo país, el ahorro anual por manejar un auto eléctrico respecto al naftero es de unos 1.000 dólares por año: por ahora, no alcanzamos a amortizar la diferencia de costo en la vida útil del auto.

Los autos eléctricos tienen que superar aún dos desafíos: el costo y la autonomía. Ok, talvez tu próximo auto no sea eléctrico, ni tu proóximo, pero seguramente tu prooóximo lo será…

¿Comprarías un auto más caro para salvar el planeta?

 


Miguel Lederkremer
Director Editorial
Revista USERS

 

Nota editorial publicada en Revista USERS 299 – Marzo 2016

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