Por: Miguel Lederkremer / MAR, 10 / DIC / 2013

Internet de las cosas

Todos los objetos que nos rodean, en un futuro cercano, serán inteligentes, estarán online y tomarán acciones basados en su propia iniciativa.

TI TI TI TI TI TI. Me despierta la alarma. Como mi reloj despertador le informó a la cafetera a qué hora me levanto hoy, ya tengo el café listo y humeante. Entro al baño, la ducha reconoce el detector de presencia de mi muñeca y pone el agua a mi temperatura favorita. Termino el último sachet de leche, la heladera actualiza los RFID de mis vituallas y agrega “leche” a la lista de compras de mi smartphone.

Salgo para el trabajo, la casa detecta que me fui, apaga el aire acondicionado y traba las puertas. Al salir, veo que no se activó el sistema de riego del jardín, seguramente su conexión con el servicio meteorológico le informó que lloverá hoy. Cuando cruzo el parque, comienzo a toser (soy alérgico), mi inhalador registra los lugares donde lo usé para después elaborar un mapa de dónde ocurren los ataques de tos y deducir los alergenos.

A la vuelta del trabajo paso por el supermercado, en el estacionamiento la pantalla de mi auto me guía hacia el lugar vacío más cercano. Mientras compro, el changuito va detectando los items que cargo y los va tachando de la lista de mi smartphone. Mi aplicación social me informa que veinte metros adelante detectó el tag de una ex-novia peligrosa, cambio de pasillo.

Bienvenidos a Internet de las Cosas (Internet of things). Un Mundo donde todos los objetos son inteligentes, están conectados, tienen todo tipo de sensores, se comunican entre sí, están geolocalizados, se auto-organizan, poniéndose de acuerdo entre ellos para resolver problemas y toman acciones basados en su propia iniciativa. A medida que interactúan con nosotros, los objetos se vuelven más inteligentes: recolectan información sobre su entorno, analizan cómo interactuamos con ellos, aprenden sobre la vida humana y sobre nuestro comportamiento social.

Los que vivimos en ambientes urbanos estamos rodeados diariamente por entre 1.000 y 5.000 objetos que en un futuro cercano serán inteligentes y estarán online. La internet de las cosas tendrá en total entre 50 y 100 billones de objetos conectados por NFC, RFID, Bluetooth Smart y otras tecnologías de comunicación de baja potencia. Cada objeto tendrá su dirección IP (recordemos que el nuevo protocolo IPV6 permite 2^128 o 340 sextillones de direcciones). Habrá también una importante presencia de objetos virtuales o avatares, con los que podremos interactuar y serán difíciles de distinguir de los objetos reales.

El Mundo entero será programable, la computación será distribuida entre miles de objetos con capacidad de procesamiento y ubicua: el procesamiento y la conectividad no estarán, como ahora, en nuestro smartphone o notebook, sino que nos rodearán. Internet de las cosas promete utopías como la desaparición de la falta de stock y del robo. Como ya lo hizo Internet, la Internet de las Cosas cambiará la economía, el Mundo y la manera en que vivimos.

 

¿Cómo se imaginan el futuro en que todos los objetos serán inteligentes y estarán conectados?

 

Miguel Lederkremer
Director Editorial
Revista USERS

 

Editorial publicada en revista USERS 272 – Diciembre 2013

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