Por: Andrés Fiorotto [tw: @andresfiorotto] / LUN, 18 / JUL / 2011

Tecnópolis: recorrido en primera persona y galería de imágenes

El sábado 16 de julio, día posterior a su inauguración, hice un recorrido por Tecnópolis y le cuento mi experiencia a toda la comunidad de RedUSERS.

Propuestas como Tecnópolis sirven, y mucho. Nos plantean el interesante debate del alcance de la tecnología en nuestra vida cotidiana y cómo aplicarla en el mejoramiento de nuestra calidad de vida.

Y de hecho eso se refleja muy bien a lo largo de la feria, donde pasamos desde el reciclado de la basura y una base de datos biometrica para el registro de las personas, hasta humanoides automatizados y autos alimentados a energía eléctrica.

Lo primero que me llamó la atención es la organización. Muchísima gente con chalecos naranja a cargo de la producción, se suman a personal de policía, gendarmería y seguridad privada, para que la multitud se maneje de una manera relativamente ordenada.

Consejo 1: no se molesten el lavar el auto antes de ir. El polvillo desperdigado en la zona de estacionamiento, a causa del trabajo de palas mecánicas en el terreno lindante, sumado al paso constante de los vehículos, hacen que al final de la jornada el nuestro parezca recién llegado de la base del volcán Puyehue.

Si tienen suerte, en la entrada serán recibidos por una murga liderada por una carroza de unos 12 metros de altura, con un “percusionista digital” en su base y dos en lo más alto encargados de golpear un bombo gigante al ritmo de la música.

El recorrido se hace a partir de un camino central, sobre el que se ubican las zonas principales. Una serie de calles laterales nos llevan a las propuestas específicas.
Lamentablemente, las primeras con las que nos topamos todavía no están terminadas. Hay una enorme carpa dedicada a la aviación que está cerrada, y stands como el de Intel que sólo cuentan con los carteles publicitarios.

Se nota también cierto grado de apertura apresurada en los panes de césped situados alrededor de cada recinto de exposición, en muchos casos sueltos y desordenados.

Consejo 2: vayan comidos. Hay un solo puesto de comida rápida totalmente desbordado. Entre que hacemos el pedido y podemos dar el primer mordisco, pasa exactamente 1 hora y media. Lo suficiente para encarar la feria con bastante mal humor.

Consejo 3: vayan con paciencia si quieren participar de todas las actividades. Algunas, como la dedicada a la base antártica, tienen colas de hasta 100 metros. En el afán por lograr un recorrido organizado, los productores sólo dejan pasar tandas de 15 a 20 personas por vez.
Otros, en cambio, no tienen restricciones de gente, por lo que la cosa se equilibra bastante.

Otro punto para mejorar es el relacionado a la información de lo que ofrece cada propuesta. Tenemos una idea generalizada, pero nos enteraremos exactamente para qué estamos haciendo la cola recién cuando estemos dentro.

A medida que recorremos la calle principal, unos carteles laterales nos informan de sucesos históricos relacionados a la tecnología en nuestro país. También se puede apreciar una fuerte presencia política, con los nombres de Daniel Scioli y Cristina Kirchner repetidos en varias ocaciones.

Si algo abunda son las pantallas, y de todo tipo. Gigantes de LED, proyectadas, LCD y hasta holográficas, en todas las aplicaciones y formas posibles. También se usó mucho la detección de movimientos. Se nota la mano de artistas que han sabido combinar la tecnología con buenas ideas, para plasmar mensajes de manera clara y atractiva.

El predio está sonorizado con justeza. Una serie de parlantes bien distribuidos nos ofrecen música ambiental y avisos, sin aturdir pero sin pasar desapercibidos. La cobertura Wi-Fi también es muy buena. Las enormes antenas ubicadas encima del edificio dedicado a la industria argentina brindan conectividad desde la puerta hasta el fondo bajo el nombre de “tecnopolis”. La velocidad es lo suficientemente buena como para compartir las fotos que vamos sacando con nuestros amigos.

Para más detalles, los invito a recorrer la galería fotográfica, donde les cuento exactamente con qué se encontrarán en Tecnópolis: una propuesta que tiene cosas para mejorar, pero que si hay voluntad política para sostenerla y pulirla con el tiempo, sin dudas se convertirá en un atractivo de los más importantes de la región.

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